Pero, si el SEÑOR crea algo nuevo, y hace que la tierra se abra y se los trague con todas sus pertenencias, de tal forma que desciendan vivos al sepulcro, entonces sabréis que estos hombres menospreciaron al SEÑOR.
Tan pronto como Moisés terminó de hablar, la tierra se abrió debajo de ellos; se abrió y se los tragó, a ellos y a sus familias, junto con la gente y las posesiones de Coré.