1 Tesalonicenses Introducción
Introducción
En su segundo viaje misionero, el apóstol Pabló visitó la ciudad de Tesalónica y fundó allí una iglesia (Hechos 17.1-8). Esta ciudad era la capital de una provincia griega llamada Macedonia. Tiempo después, Pablo quiso visitar a los cristianos de esa ciudad, pues sabía que su conducta cristiana era ejemplar (1.2-4). Como no pudo visitarlos, decidió escribirles esta carta, que es el escrito más antiguo de todo el Nuevo Testamento.
Pablo comienza por saludarlos, dando gracias a Dios por ellos, porque anunciaban el mensaje de Jesucristo en muchas partes (1.8), y porque lo habían aceptado «como de parte de Dios y no de un ser humano» (2.13). Pablo reconoce que los tesalonicenses llevan una vida agradable a Dios. Por eso los anima a seguir adelante, y les da instrucciones prácticas para seguir viviendo así (4.1-12). Como tema central de esta carta, Pablo expresa su alegría por la manifestación del poder del evangelio en Tesalónica en medio de grandes dificultades.
Los cristianos de Tesalónica creían que Cristo había muerto y resucitado, y ahora esperaban, como todos los cristianos, que Cristo volviera. Pablo alienta su esperanza en el regreso de Cristo, pero les recuerda que nadie sabe cuándo será ese día, pues «regresará en el día menos esperado, como un ladrón en la noche» (5.2). Por eso los anima a mantenerse «alerta, viviendo correctamente, y no tan despreocupados como viven algunos» (5.6).
Pablo se despide invitando a los tesalonicenses a estar «siempre contentos», y a orar «en todo momento» (5.16-17).
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1 Tesalonicenses Introducción: TLA
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Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
1 Tesalonicenses Introducción
Introducción
En su segundo viaje misionero, el apóstol Pabló visitó la ciudad de Tesalónica y fundó allí una iglesia (Hechos 17.1-8). Esta ciudad era la capital de una provincia griega llamada Macedonia. Tiempo después, Pablo quiso visitar a los cristianos de esa ciudad, pues sabía que su conducta cristiana era ejemplar (1.2-4). Como no pudo visitarlos, decidió escribirles esta carta, que es el escrito más antiguo de todo el Nuevo Testamento.
Pablo comienza por saludarlos, dando gracias a Dios por ellos, porque anunciaban el mensaje de Jesucristo en muchas partes (1.8), y porque lo habían aceptado «como de parte de Dios y no de un ser humano» (2.13). Pablo reconoce que los tesalonicenses llevan una vida agradable a Dios. Por eso los anima a seguir adelante, y les da instrucciones prácticas para seguir viviendo así (4.1-12). Como tema central de esta carta, Pablo expresa su alegría por la manifestación del poder del evangelio en Tesalónica en medio de grandes dificultades.
Los cristianos de Tesalónica creían que Cristo había muerto y resucitado, y ahora esperaban, como todos los cristianos, que Cristo volviera. Pablo alienta su esperanza en el regreso de Cristo, pero les recuerda que nadie sabe cuándo será ese día, pues «regresará en el día menos esperado, como un ladrón en la noche» (5.2). Por eso los anima a mantenerse «alerta, viviendo correctamente, y no tan despreocupados como viven algunos» (5.6).
Pablo se despide invitando a los tesalonicenses a estar «siempre contentos», y a orar «en todo momento» (5.16-17).
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