Salmos 142
142
SALMO 142 (141)
Tú eres mi refugio#Salmo 142 Súplica individual. Abatido por el sufrimiento y desprovisto de toda ayuda, el salmista se entrega confiadamente en las manos de Dios.
1 (1) Instrucción y oración de David, cuando estaba en la cueva.#142.0(1) Cf. 1 S 22.1-5; 24; Sal 57.0(1).
1 1 (2) Con fuerte voz clamo al Señor,
con fuerte voz le pido misericordia.#142.1(2) Sal 30.8(9).
2 2 (3) En su presencia expongo mi queja,
en su presencia doy a conocer mi angustia
3 3 (4) cuando me encuentro totalmente deprimido.
Señor, tú conoces mi camino:
en el camino por donde voy,
me han puesto una trampa.
4 4 (5) Vuelvo la mirada a la derecha
y nadie viene en mi ayuda.
¡No hay nadie que me defienda!
¡No hay nadie que se preocupe de mí!
5 5 (6) A ti clamo, Señor,
y te digo: «Tú eres mi refugio;
tú eres todo lo que tengo en esta vida.»#142.5(6) Tú eres todo lo que tengo en esta vida: Lit. tú eres mi parte en la tierra de los que viven. Véanse Sal 16.5 n.; 27.13 n.
6 6 (7) Presta atención a mis gritos,
porque me encuentro sin fuerzas.
Líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 7 (8) Sácame de mi prisión
para que pueda yo alabarte.
Los hombres honrados me rodearán#142.7(8) La liberación del que acude al Señor pidiendo auxilio es un motivo de alegría para todos los fieles (Sal 64.10 [11]).
cuando me hayas tratado bien.
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Salmos 142: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Salmos 142
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SALMO 142 (141)
Tú eres mi refugio#Salmo 142 Súplica individual. Abatido por el sufrimiento y desprovisto de toda ayuda, el salmista se entrega confiadamente en las manos de Dios.
1 (1) Instrucción y oración de David, cuando estaba en la cueva.#142.0(1) Cf. 1 S 22.1-5; 24; Sal 57.0(1).
1 1 (2) Con fuerte voz clamo al Señor,
con fuerte voz le pido misericordia.#142.1(2) Sal 30.8(9).
2 2 (3) En su presencia expongo mi queja,
en su presencia doy a conocer mi angustia
3 3 (4) cuando me encuentro totalmente deprimido.
Señor, tú conoces mi camino:
en el camino por donde voy,
me han puesto una trampa.
4 4 (5) Vuelvo la mirada a la derecha
y nadie viene en mi ayuda.
¡No hay nadie que me defienda!
¡No hay nadie que se preocupe de mí!
5 5 (6) A ti clamo, Señor,
y te digo: «Tú eres mi refugio;
tú eres todo lo que tengo en esta vida.»#142.5(6) Tú eres todo lo que tengo en esta vida: Lit. tú eres mi parte en la tierra de los que viven. Véanse Sal 16.5 n.; 27.13 n.
6 6 (7) Presta atención a mis gritos,
porque me encuentro sin fuerzas.
Líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 7 (8) Sácame de mi prisión
para que pueda yo alabarte.
Los hombres honrados me rodearán#142.7(8) La liberación del que acude al Señor pidiendo auxilio es un motivo de alegría para todos los fieles (Sal 64.10 [11]).
cuando me hayas tratado bien.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.