Planes de lectura y devocionales gratis relacionados con SALMOS 19:1

Las personas de fe siempre vivimos tentados a hacer las cosas a nuestra manera, en lugar de esperar y depender totalmente en Dios. Frecuentemente escuchamos, “Ten fe y confía en Dios”, pero si somos honestos, es más fácil decirlo que hacerlo. A veces pensamos que las cosas saldrían mejor si tomamos el asunto en nuestras propias manos.

Este plan te guiará para prepararte durante la prueba, porque muchas veces hay situaciones que nos hacen dudar si Dios está en el asunto. Pasamos por el valle de la sombra hasta el punto de perder esa relación con Él. Pero si has leído hasta aquí, significa que Dios está tomando el control de tu vida y te seguirá sosteniendo aun cuando pienses que lo que haces no tiene sentido.

Los creyentes necesitan estudiar la Palabra de Dios y orar con regularidad. Muchos se preguntan cómo poner en práctica estos ejercicios espirituales eficazmente. Este devocional analiza el tiempo, el propósito y el contenido de nuestros devocionales. También la variedad de oportunidades que Dios nos da para adorarlo individualmente. Todo cristiano debería aprender a entrenarse eficazmente en dichas prácticas ya que se beneficiará tanto en esta vida como en la venidera.

¡Qué difícil es la lucha con el pecado! No solo por lo que cuesta vencer aquellos que identificamos, sino por lo imposible de mirar tan hacia dentro que seamos conscientes de los que nos son ocultos. En este plan indagamos en nuestro corazón y pedimos, como David en el Salmo 19, que nos libre incluso de los que no conocemos.

Cada quien tiene su propia historia con Dios, y en este plan quiero compartirte como en cierta ocasión pude escuchar Su voz. No fue audible como hubiese querido pero transformó mi vida y mi oración. Ahora tengo conversaciones con Dios donde puedo hablar pero también aprendí a callar para poder escucharlo.

En este plan hablaremos de lo increíble que es asombrarte por la majestad de nuestro Señor. David tenia un corazón conforme al de Dios, y él sólo pedía una cosa: estar todos los días de su vida con Dios, en su casa y poder contemplar su hermosura. ¿Recuerdas cuándo fue la última vez que contemplaste a Jesús?