Versículos bíblicos populares de 1 Reyes 18

Compartir

¡Respóndeme, SEÑOR, respóndeme, para que esta gente reconozca que tú, SEÑOR, eres Dios, y que estás convirtiéndoles el corazón a ti!»

A la hora del sacrificio vespertino, el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: «SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu palabra.

Elías se presentó ante el pueblo y dijo: ―¿Hasta cuándo vais a seguir indecisos? Si el Dios verdadero es el SEÑOR, debéis seguirlo; pero, si es Baal, seguidle a él. El pueblo no dijo una sola palabra.

En ese momento cayó el fuego del SEÑOR y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja.

Cuando vieron esto, todos se postraron y exclamaron: «¡El SEÑOR es Dios! ¡El SEÑOR es Dios!»

y la séptima vez el criado le informó: ―Desde el mar viene subiendo una nube. Es tan pequeña como una mano. Entonces Elías le ordenó: ―Ve y dile a Acab: “Engancha el carro y vete antes de que la lluvia te detenga”.

Entonces el poder del SEÑOR vino sobre Elías, quien se ajustó el manto con el cinturón, se echó a correr y llegó a Jezrel antes que Acab.

Entonces Elías le dijo a Acab: ―Anda a tu casa, y come y bebe, porque ya se oye el ruido de un fuerte aguacero.

―Ve y mira hacia el mar —le ordenó a su criado. El criado fue y miró, y dijo: ―No se ve nada. Siete veces le ordenó Elías que fuera a ver

Entonces Elías le dijo a la gente: ―¡Acercaos! Así lo hicieron. Como habían dejado en ruinas el altar del SEÑOR, Elías lo reparó.

Entonces invocaréis vosotros el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre del SEÑOR. ¡El que responda con fuego, ese es el Dios verdadero! Y todo el pueblo estuvo de acuerdo.

Luego recogió doce piedras, una por cada tribu descendiente de Jacob, a quien el SEÑOR le había puesto por nombre Israel.

Al mediodía Elías comenzó a burlarse de ellos: ―¡Gritad más fuerte! —les decía—. Seguro que es un dios, pero tal vez esté meditando, o esté ocupado o de viaje. ¡A lo mejor se ha quedado dormido y hay que despertarlo!

Con las piedras construyó un altar en honor del SEÑOR, y alrededor cavó una zanja en la que cabían quince litros de cereal.