Versículos bíblicos populares de Marcos 10

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Yo, el Hijo del hombre, soy así. No he venido a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. He venido para liberar a los que son esclavos del pecado, y para lograrlo daré mi vida.

Jesús los miró y les dijo: —Para los seres humanos eso es imposible. Pero todo es posible para Dios.

Jesús le dijo: —Puedes irte; estás curado porque has tenido fe. En ese momento, el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús por el camino.

Si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.

Jesús lo miró con amor y le dijo: —Solo te falta hacer una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres. Así, Dios te dará un gran premio en el cielo. Luego ven y sígueme.

Jesús le dijo: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego respondió: —Maestro, haz que pueda ver de nuevo.

Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, si alguien quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.

Os aseguro que si alguien no recibe el reino de Dios como lo hace un niño, no entrará en él.

Porque muchos que ahora son importantes, serán los que menos importen; y muchos que ahora no importan, serán los más importantes.

Pero desde el principio Dios hizo al hombre y a la mujer para que vivieran juntos. Por eso el hombre tiene que dejar a su padre y a su madre para unirse con su mujer de manera que los dos vivan en adelante como si fueran una sola persona. Así, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola.