Entonces el Señor dijo a Moisés:
–Extiende tu brazo hacia el cielo, para que en todo Egipto haya una oscuridad tan espesa que hasta se pueda tocar.
Moisés levantó su brazo hacia el cielo, y hubo una oscuridad tan grande en todo Egipto que, durante tres días, nadie podía ver a su vecino ni moverse de su lugar. En cambio, en todas las casas de los israelitas había luz.