Que Dios te dé la lluvia del cielo,
las mejores cosechas de la tierra,
mucho trigo y mucho vino.
Que mucha gente te sirva;
que las naciones se arrodillen delante de ti.
Gobierna a tus propios hermanos:
¡que se arrodillen delante de ti!
Los que te maldigan serán malditos
y los que te bendigan serán benditos.”