2 Reyes 25:1-13
2 Reyes 25:1-13 NVI
En el año noveno del reinado de Sedequías, a los diez días del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército y atacó contra Jerusalén. Acampó frente a la ciudad y construyó una rampa de asalto a su alrededor. La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado de Sedequías. A los nueve días del mes cuarto, cuando el hambre se agravó en la ciudad, y no había más alimento para el pueblo, se abrió una brecha en el muro de la ciudad, de modo que, aunque los babilonios la tenían cercada, todo el ejército se escapó de noche por la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín real. Huyeron camino al Arabá, pero el ejército babilonio persiguió a Sedequías hasta alcanzarlo en la llanura de Jericó. Sus soldados se dispersaron, abandonándolo, y los babilonios lo capturaron. Entonces lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá. Allí Sedequías recibió su sentencia. Ante sus propios ojos degollaron a sus hijos, y después le sacaron los ojos, lo ataron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia. A los siete días del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su ministro Nabuzaradán, que era el comandante de la guardia, fue a Jerusalén y le prendió fuego al templo del SEÑOR, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes. Entonces el ejército babilonio bajo su mando derribó las murallas que rodeaban la ciudad. Nabuzaradán además deportó a la gente que quedaba en la ciudad, es decir, al resto de la muchedumbre y a los que se habían aliado con el rey de Babilonia. Sin embargo, dejó a algunos de los más pobres para que se encargaran de los viñedos y de los campos. Los babilonios quebraron las columnas de bronce, las bases y la fuente de bronce que estaban en el templo del SEÑOR, y se llevaron todo el bronce a Babilonia.