2 Pedro 1:1-15
2 Pedro 1:1-15 NVI
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo habéis recibido una fe tan preciosa como la nuestra. Que abunden en vosotros la gracia y la paz por medio del conocimiento que tenéis de Dios y de Jesús nuestro Señor. Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que vosotros, después de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguéis a tener parte en la naturaleza divina. Precisamente por eso, esforzaos por añadir a vuestra fe, virtud; a vuestra virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en vosotros, os harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que seáis inútiles e improductivos. En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados. Por lo tanto, hermanos, esforzaos más todavía para consolidar el llamamiento de Dios, que fue quien os eligió. Si hacéis estas cosas, no caeréis jamás y se os abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por eso siempre os recordaré estas cosas, por más que las sepáis y estéis afianzados en la verdad que ahora tenéis. Además, considero que tengo la obligación de refrescaros la memoria mientras viva en esta habitación pasajera que es mi cuerpo; porque sé que dentro de poco tendré que abandonarlo, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. También me esforzaré con empeño para que aun después de mi partida podáis recordar estas cosas en todo momento.