Deuteronomio 9:19-29
Deuteronomio 9:19-29 NVI
Tuve verdadero miedo del enojo y de la ira del SEÑOR, pues hasta tal punto se indignó contra vosotros que quiso destruiros. Sin embargo, el SEÑOR me escuchó una vez más. Así mismo, tan enojado estaba el SEÑOR contra Aarón que quería destruirlo, y también en esa ocasión intercedí por él. Luego agarré el becerro que os fabricasteis, ese ídolo que os hizo pecar, y lo quemé en el fuego; lo desmenucé y lo reduje a polvo fino, y arrojé el polvo al arroyo que baja de la montaña. »En Taberá, en Masá y en Quibrot Hatavá provocasteis también la indignación del SEÑOR, lo mismo que cuando el SEÑOR os envió desde Cades Barnea y os dijo: “Id y tomad posesión de la tierra que os he dado”. Os rebelasteis contra la orden del SEÑOR vuestro Dios; no confiasteis en él ni le obedecisteis. ¡Desde que os conozco habéis sido rebeldes al SEÑOR! »Como el SEÑOR había dicho que os destruiría, yo me quedé postrado ante él esos cuarenta días y cuarenta noches. Oré al SEÑOR y le dije: “SEÑOR y Dios, ¡no destruyas tu propia heredad, el pueblo que por tu grandeza redimiste y sacaste de Egipto con gran despliegue de fuerza! ¡Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob! Pasa por alto la terquedad de este pueblo, y su maldad y su pecado, no sea que allí, en el país de donde nos sacaste, digan: ‘El SEÑOR no pudo llevarlos a la tierra que les había prometido. Y, como los aborrecía, los sacó para que murieran en el desierto’. Después de todo, ellos son tu propia heredad; son el pueblo que sacaste con gran despliegue de fuerza y de poder”.