Efesios 5:15-33
Efesios 5:15-33 NVI
Así que cuidad mucho vuestra manera de vivir. No viváis como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entended cuál es la voluntad del Señor. No os emborrachéis con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sed llenos del Espíritu. Animaos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Cantad y alabad al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros, por reverencia a Cristo. Esposas, someteos a vuestros propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. Esposos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo». Esto es un misterio profundo; yo me refiero a Cristo y a la iglesia. En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.