Job 23:1-17
Job 23:1-17 NVI
A esto respondió Job: «Mi queja sigue siendo amarga; gimo bajo el peso de su mano. ¡Ah, si supiera yo dónde encontrar a Dios! ¡Si pudiera llegar adonde él habita! Ante él expondría mi caso; llenaría mi boca de argumentos. Podría conocer su respuesta, y trataría de entenderla. ¿Disputaría él conmigo, con todo su poder? ¡Claro que no! ¡Ni me acusaría! Ante él cualquier hombre recto podría presentar su caso, y yo sería absuelto para siempre delante de mi juez. »Si me dirijo hacia el este, no está allí; si me encamino al oeste, no lo encuentro. Si está ocupado en el norte, no lo veo; si se vuelve al sur, no alcanzo a percibirlo. Él, en cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro. En sus sendas he afirmado mis pies; he seguido su camino sin desviarme. No me he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca. »Pero él es soberano; ¿quién puede hacerlo desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace. Hará conmigo lo que ha determinado; todo lo que tiene pensado, lo realizará. Por eso me espanto en su presencia; si pienso en todo esto, me lleno de temor. Dios ha hecho que mi corazón desmaye; me tiene aterrado el Todopoderoso. Con todo, no logran acallarme las tinieblas ni la densa oscuridad que cubre mi rostro.