Levítico 7:11-34
Levítico 7:11-34 NVI
»Esta es la ley respecto al sacrificio de comunión que se ofrece al SEÑOR: Si se ofrece en acción de gracias, entonces se ofrecerán también panes sin levadura amasados con aceite, obleas sin levadura untadas con aceite, o panes de flor de harina amasados con aceite. Junto con el sacrificio de comunión en acción de gracias, se deberá presentar una ofrenda de pan con levadura. De toda ofrenda deberá presentarse una parte como contribución al SEÑOR, y se destinará al sacerdote a quien le corresponda derramar la sangre del sacrificio de comunión. La carne de este sacrificio deberá comerse el día en que se ofrezca, sin dejar nada para el día siguiente. »Si el sacrificio tiene que ver con un voto, o si se trata de una ofrenda voluntaria, no solo se comerá en el día que se ofrezca el sacrificio, sino que podrá comerse el resto al día siguiente. Pero toda la carne que quede hasta el tercer día se quemará en el fuego. »Si alguna carne del sacrificio de comunión llega a comerse al tercer día, tal sacrificio no será válido ni se tomará en cuenta, porque la carne ya está descompuesta. El que la coma sufrirá las consecuencias de su pecado. »No deberá comerse la carne que haya tocado alguna cosa ritualmente impura, sino que se quemará en el fuego. En cuanto a otra carne, toda persona pura podrá comerla. »Si una persona impura come la carne ofrecida al SEÑOR en el sacrificio de comunión, será eliminada de su pueblo. »Si alguien toca cualquier clase de impureza humana, o de animal o de algo detestable, y luego come la carne ofrecida al SEÑOR en el sacrificio de comunión, será eliminado de su pueblo». El SEÑOR le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «Vosotros no comeréis grasa de ganado vacuno, ovino o cabrío. La grasa de un animal muerto o destrozado podrá usarse con cualquier otro fin, menos para comerla. Todo el que coma grasa de animales presentados como ofrenda por fuego para el SEÑOR será eliminado de su pueblo. Viváis donde viváis, vosotros no comeréis grasa ni sangre alguna, sea de ave o de otro animal. Todo el que coma cualquier clase de sangre será eliminado de su pueblo». El SEÑOR le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «El que ofrezca al SEÑOR un sacrificio de comunión deberá presentar al SEÑOR parte de ese sacrificio, y presentarle también una ofrenda por fuego. Llevará la grasa y el pecho, y mecerá ante el SEÑOR el pecho de la víctima como ofrenda mecida. El sacerdote quemará la grasa en el altar, pero el pecho será para Aarón y sus hijos. Al sacerdote se le dará, como contribución, el muslo derecho del sacrificio de comunión. El muslo derecho será la porción del sacerdote a quien le toque ofrecer la sangre y la grasa del sacrificio. Porque de los sacrificios de comunión que ofrecen los israelitas, yo he tomado el pecho mecido y el muslo para dárselos, como contribución, al sacerdote Aarón y a sus hijos. Este será un estatuto perpetuo entre los israelitas».