Salmo 71
71
Salmo 71
71:1-3 – Sal 31:1-4
1En ti, Señor, me he refugiado;
jamás me dejes quedar en vergüenza.
2Por tu justicia, rescátame y líbrame;
dígnate escucharme, y sálvame.
3Sé tú mi roca de refugio
adonde pueda yo siempre acudir;
da la orden de salvarme,
porque tú eres mi roca, mi fortaleza.
4Líbrame, Dios mío, de manos de los impíos,
del poder de los malvados y violentos.
5Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza;
en ti he confiado desde mi juventud.
6De ti he dependido desde que nací;
del vientre materno me hiciste nacer.
¡Por siempre te alabaré!
7Para muchos, soy motivo de asombro,
pero tú eres mi refugio inconmovible.
8Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre,
y todo el día proclama tu grandeza.
9No me rechaces cuando llegue a viejo;
no me abandones cuando me falten las fuerzas.
10Porque mis enemigos murmuran contra mí;
los que me acechan se confabulan.
11Y dicen: «¡Dios lo ha abandonado!
¡Perseguidlo y agarradlo, que nadie lo rescatará!»
12Dios mío, no te alejes de mí;
Dios mío, ven pronto a ayudarme.
13Que perezcan humillados mis acusadores;
que se cubran de oprobio y de ignominia
los que buscan mi ruina.
14Pero yo siempre tendré esperanza,
y más y más te alabaré.
15Todo el día proclamará mi boca
tu justicia y tu salvación,
aunque es algo que no alcanzo a descifrar.
16Soberano Señor, relataré tus obras poderosas,
y haré memoria de tu justicia,
de tu justicia solamente.
17Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,
y aún hoy anuncio todos tus prodigios.
18Aun cuando sea yo anciano y peine canas,
no me abandones, oh Dios,
hasta que anuncie tu poder
a la generación venidera,
y dé a conocer tus proezas
a los que aún no han nacido.
19Oh Dios, tú has hecho grandes cosas;
tu justicia llega a las alturas.
¿Quién como tú, oh Dios?
20Me has hecho pasar por muchos infortunios,
pero volverás a darme vida;
de las profundidades de la tierra
volverás a levantarme.
21Acrecentarás mi honor
y volverás a consolarme.
22Por tu fidelidad, Dios mío,
te alabaré con instrumentos de cuerda;
te cantaré, oh Santo de Israel,
salmos con la lira.
23Gritarán de júbilo mis labios
cuando yo te cante salmos,
pues me has salvado la vida.
24Todo el día repetirá mi lengua
la historia de tus justas acciones,
pues quienes buscaban mi mal
han quedado confundidos y avergonzados.
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Salmo 71: NVI
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71:1-3 – Sal 31:1-4
1En ti, Señor, me he refugiado;
jamás me dejes quedar en vergüenza.
2Por tu justicia, rescátame y líbrame;
dígnate escucharme, y sálvame.
3Sé tú mi roca de refugio
adonde pueda yo siempre acudir;
da la orden de salvarme,
porque tú eres mi roca, mi fortaleza.
4Líbrame, Dios mío, de manos de los impíos,
del poder de los malvados y violentos.
5Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza;
en ti he confiado desde mi juventud.
6De ti he dependido desde que nací;
del vientre materno me hiciste nacer.
¡Por siempre te alabaré!
7Para muchos, soy motivo de asombro,
pero tú eres mi refugio inconmovible.
8Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre,
y todo el día proclama tu grandeza.
9No me rechaces cuando llegue a viejo;
no me abandones cuando me falten las fuerzas.
10Porque mis enemigos murmuran contra mí;
los que me acechan se confabulan.
11Y dicen: «¡Dios lo ha abandonado!
¡Perseguidlo y agarradlo, que nadie lo rescatará!»
12Dios mío, no te alejes de mí;
Dios mío, ven pronto a ayudarme.
13Que perezcan humillados mis acusadores;
que se cubran de oprobio y de ignominia
los que buscan mi ruina.
14Pero yo siempre tendré esperanza,
y más y más te alabaré.
15Todo el día proclamará mi boca
tu justicia y tu salvación,
aunque es algo que no alcanzo a descifrar.
16Soberano Señor, relataré tus obras poderosas,
y haré memoria de tu justicia,
de tu justicia solamente.
17Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,
y aún hoy anuncio todos tus prodigios.
18Aun cuando sea yo anciano y peine canas,
no me abandones, oh Dios,
hasta que anuncie tu poder
a la generación venidera,
y dé a conocer tus proezas
a los que aún no han nacido.
19Oh Dios, tú has hecho grandes cosas;
tu justicia llega a las alturas.
¿Quién como tú, oh Dios?
20Me has hecho pasar por muchos infortunios,
pero volverás a darme vida;
de las profundidades de la tierra
volverás a levantarme.
21Acrecentarás mi honor
y volverás a consolarme.
22Por tu fidelidad, Dios mío,
te alabaré con instrumentos de cuerda;
te cantaré, oh Santo de Israel,
salmos con la lira.
23Gritarán de júbilo mis labios
cuando yo te cante salmos,
pues me has salvado la vida.
24Todo el día repetirá mi lengua
la historia de tus justas acciones,
pues quienes buscaban mi mal
han quedado confundidos y avergonzados.
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