JONÁS 2:1-10
JONÁS 2:1-10 BLP
El Señor dispuso entonces que Jonás fuera tragado por un gran pez en cuyo vientre permaneció durante tres días y tres noches. Desde el vientre del pez, Jonás suplicó al Señor, su Dios, con estas palabras: En mi angustia clamé al Señor y fui atendido por él; desde las profundidades del reino de los muertos pedí auxilio y tú me escuchaste. Me arrojaste a las simas del mar, sus corrientes me cercaron, tu recio oleaje me arrolló. Me dije: «He sido expulsado lejos de tu presencia, pero aún volveré a ver tu Templo santo». Las aguas me anegaron hasta el cuello, el abismo me envolvía, las algas se enredaban en mi cabeza. Me hundí hasta el cimiento de los montes; la tierra se cerraba tras de mí para siempre. Sin embargo tú, Señor Dios mío, me hiciste salir vivo de la tumba. Estando ya sin aliento, me acordé del Señor y elevé hacia ti mi oración, hacia tu santo Templo. Los que adoran a ídolos vanos, es que han olvidado tu amor. Mas yo, con un canto agradecido, te he de presentar sacrificios: ¡cumpliré lo que he prometido! ¡La salvación se halla en el Señor!