Mateo 18:35

Una de las buenas noticias del Evangelio es que nuestra vida puede cambiar, no importa cómo haya empezado. Tu identidad no está definida por tu pasado. Jesús viene a rescatarte, para que tú puedas seguir adelante, continuar atravesando valles tenebrosos y salir de ellos.

La gracia de Dios es un regalo inmerecido, pero a veces la hablamos más de lo que la vivimos. La gracia nos perdona, nos transforma y nos impulsa a perdonar y amar a otros. En estos 3 días vamos a reflexionar sobre cómo dejar que la gracia pase de ser solo un concepto a convertirse en una práctica diaria que cambia nuestra vida y la de quienes nos rodean.

Restaurar una relación bien sea sentimental, de amigos, familiares o hermanos en la fe, puede ser en algunas oportunidades un proceso largo, debido a que en el camino muchas piezas quedaron rotas y para protegerse del dolor, se genera un distanciamiento creando en oportunidades enormes brechas; el perdón sin recriminación debe ser el primer paso en la voluntad de cada persona, con el fin de decirse mutuamente “Lo siento; perdóname.”

El perdón es un tema sensible para discutir en la iglesia porque muchas personas vienen de lugares de terrible abuso. Sienten que lo que les hicieron es imperdonable. El perdón es a menudo incomprendido. Sin embargo, uno puede perdonar, estar libre de el deseo de venganza y el enojo que viene con la falta de perdón. Este devocional enseña a perdonar y caminar en la libertad del amor de Dios.