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1 REYES 11:5-43

1 REYES 11:5-43 RV2020

Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos del Señor, pues no siguió cumplidamente al Señor como su padre David. Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. Lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses. Y se enojó el Señor contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado del Señor, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces y le había mandado sobre este asunto que no siguiera a dioses ajenos. Pero él no guardó lo que le mandó el Señor. Entonces el Señor dijo a Salomón: —Por cuanto has obrado así, y no has guardado mi pacto y los estatutos que yo te mandé, te quitaré el reino y lo entregaré a tu siervo. Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David, tu padre; lo quitaré de manos de tu hijo. Pero no te quitaré todo el reino, sino que le daré una tribu a tu hijo, por amor a David, mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido. El Señor suscitó un adversario a Salomón: Hadad, el edomita, de sangre real, que estaba en Edom. Porque cuando David estaba en Edom, Joab, el general del ejército, al subir a enterrar a los muertos, mató a todos los hombres de Edom (porque seis meses se quedó allí Joab, con todos los israelitas, hasta acabar con todos los hombres de Edom). Pero Hadad, que entonces era un muchacho pequeño, huyó junto con algunos edomitas siervos de su padre, y se fue a Egipto. Luego salieron de Madián y llegaron a Parán, donde tomaron consigo algunos hombres del lugar. Llegaron a Egipto, a la presencia de Faraón, rey de Egipto, el cual les dio casa, les asignó alimentos, y hasta les dio tierras. Hadad se ganó de tal manera el favor de Faraón, que este le dio por mujer a la hermana de su esposa, la hermana de la reina Tahpenes. La hermana de Tahpenes le dio a luz a su hijo Genubat, a quien destetó Tahpenes en casa de Faraón. Así Genubat vivió en casa de Faraón entre los hijos del monarca egipcio. Al enterarse Hadad en Egipto de que David había dormido con sus padres, y que Joab, general del ejército, había muerto, dijo a Faraón: —Déjame ir a mi tierra. Faraón le respondió: —¿Por qué? ¿Qué te falta conmigo, que procuras irte a tu tierra? —Nada; con todo, te ruego que me dejes ir —respondió él. Dios levantó también como adversario contra Salomón a Rezón hijo de Eliada, que había huido de su amo Hadad-ezer, rey de Soba; había reunido gente contra él y se había hecho capitán de una banda cuando David deshizo a los de Soba. Después fueron a vivir a Damasco y allí hicieron rey a Rezón, quien fue adversario de Israel todos los días de Salomón. Esto se sumó al mal que representaba Hadad, pues aborrecía a Israel y llegó a reinar sobre Siria. También Jeroboam hijo de Nabat, efrateo de Sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa, la cual era viuda, alzó su mano contra el rey. La causa por la cual este alzó su mano contra el rey fue esta: Salomón, al edificar Milo, cerró la brecha de la ciudad de David, su padre. Este Jeroboam era un hombre valiente y esforzado, y al ver Salomón que el joven era un hombre activo, le encomendó todo el servicio a cargo de la casa de José. Aconteció, pues, en aquel tiempo, que al salir Jeroboam de Jerusalén, lo encontró en el camino el profeta Ahías, el silonita; este iba cubierto con una capa nueva, y los dos estaban solos en el campo. Ahías tomó la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: —Toma para ti diez pedazos, porque así dice el Señor, Dios de Israel: Voy a arrancar el reino de manos de Salomón y te daré a ti diez tribus. Él se quedará con una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido entre todas las tribus de Israel, por cuanto me ha dejado y ha adorado a Astoret, diosa de los sidonios, a Quemos, dios de Moab, y a Moloc, dios de los hijos de Amón, y no ha andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, ni ha guardado mis estatutos y mis decretos, como hizo David, su padre. Pero no quitaré nada del reino de sus manos, sino que lo retendré como rey todos los días de su vida, por amor a David, mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis mandamientos y mis estatutos. Pero quitaré el reino de manos de su hijo y te daré a ti las diez tribus. A su hijo le daré solo una tribu, para que mi siervo David tenga una lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo elegí para poner en ella mi nombre. Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que desee tu alma, y serás rey de Israel. Si prestas oído a todas las cosas que te mande, andas en mis caminos y haces lo recto delante de mis ojos, es decir, si guardas mis estatutos y mis mandamientos, como hizo mi siervo David, yo estaré contigo y te edificaré una casa firme, como la edifiqué a David. Te daré a Israel y afligiré a la descendencia de David a causa de esto, pero no para siempre. Por esto Salomón procuró matar a Jeroboam, pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto, a Sisac, rey de Egipto, y estuvo allí hasta la muerte de Salomón. El resto de los hechos de Salomón, todo lo que hizo y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón? Los días que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años. Cuando murió, lo enterraron en la ciudad de su padre David. Su hijo Roboam le sucedió en el trono.

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