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1 REYES 19:3-12

1 REYES 19:3-12 RV2020

Al ver Elías el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida. Al llegar a Beerseba, que está en Judá, dejó allí a su criado. Luego de caminar todo un día por el desierto, fue a sentarse debajo de un enebro. Entonces se deseó la muerte y dijo: —Basta ya, Señor, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y tras echarse debajo del enebro, se quedó dormido; pero un ángel le tocó, y le dijo: —Levántate y come. Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas y una vasija de agua; comió, bebió y volvió a dormirse. Regresó el ángel del Señor por segunda vez, le tocó y le dijo: —Levántate y come, porque largo camino te queda. Se levantó, pues, comió y bebió. Fortalecido con aquella comida, anduvo cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. Allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Llegó a él palabra del Señor, el cual le dijo: —¿Qué haces aquí, Elías? Él respondió: —He sentido un vivo celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Solo yo he quedado y me buscan para quitarme la vida. El Señor le dijo: —Sal fuera y ponte en el monte delante del Señor. En ese momento pasaba el Señor, y un viento grande y poderoso rompía los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Tras el viento, hubo un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Tras el terremoto, hubo un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y tras el fuego, se escuchó un silbo apacible y delicado.