1 REYES 2:1-19
1 REYES 2:1-19 RV2020
Cuando llegaron los días en que David había de morir, le ordenó a Salomón, su hijo: —Yo sigo el camino de todos en la tierra; sé fuerte y pórtate con valor. Guarda los preceptos del Señor, tu Dios, anda en sus caminos y observa sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para que confirme el Señor la promesa que me hizo: «Si tus hijos guardan mi camino y andan delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás te faltará un descendiente en el trono de Israel». Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, cómo los mató y derramó en tiempo de paz sangre de guerra, de manera que manchó con sangre de guerra el cinturón que ceñía su cintura y los zapatos que calzaban sus pies. Tú, haz lo que creas conveniente, pero no le permitas llegar a viejo y morir en paz. Pero con los hijos de Barzilai, el galaadita, tendrás misericordia; que sean de los convidados a tu mesa, pues ellos me trataron de esa manera cuando huía yo de Absalón, tu hermano. También tienes contigo a Simei hijo de Gera hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Pero él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por el Señor: «No te mataré a espada». Ahora, no lo dejes impune, pues tú eres un hombre sabio y sabrás lo que tienes que hacer con él para mandarlo manchado de sangre al seol. David murió y fue sepultado en su ciudad. Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años: siete años reinó en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón se sentó en el trono de David, su padre, y su reino fue muy estable. Entonces Adonías hijo de Haguit fue a ver a Betsabé, madre de Salomón, y ella le dijo: —¿Vienes en son de paz? —Sí, de paz —respondió él; y en seguida añadió—: Tengo algo que decirte. —Habla —dijo ella. Él dijo: —Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel había puesto en mí sus ojos para que yo reinara; pero el reino fue traspasado y se le concedió a mi hermano, pues por voluntad del Señor le pertenecía. Ahora te hago una petición; no me la niegues. —Habla —le dijo ella. Él entonces dijo: —Te ruego que hables al rey Salomón (porque él no te lo negará), para que me dé Abisag, la sunamita, por mujer. —Bien; hablaré por ti al rey —respondió Betsabé. Betsabé fue a ver al rey Salomón para hablarle por Adonías. El rey se levantó a recibirla y se inclinó ante ella; volvió a sentarse en su trono e hizo traer una silla para su madre, que se sentó a su diestra.