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1 TESALONICENSES 4:1-18

1 TESALONICENSES 4:1-18 RV2020

Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que, tal y como os enseñamos, os comportéis como conviene para agradar a Dios, y en esto crezcáis. Ya sabéis las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús. La voluntad de Dios es que viváis santamente, que os apartéis de la inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa tener su propio cuerpo en santidad y honor, y no en pasiones desordenadas, como los gentiles que no conocen a Dios. Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano, porque el Señor toma venganza de todo esto, como ya os hemos dicho y repetido. Pues Dios, no nos ha llamado a vivir en la inmundicia, sino a vivir en santidad. Así que, el que desecha esto, no desecha a ningún hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. Acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros. Y así lo hacéis ya con todos los hermanos que están por toda Macedonia. No obstante hermanos os rogamos que crezcáis aún más. Procurad vivir tranquilos, ocupaos en vuestros negocios y trabajad con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, para que os conduzcáis honradamente con los de afuera y no tengáis necesidad de nada. Hermanos, tampoco queremos que ignoréis qué ocurrirá con los que ya han muerto, ni que os entristezcáis como los que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios llevará consigo a los que murieron en Jesús. Y, de acuerdo a la enseñanza del Señor, os decimos esto: que nosotros que vivimos, los que habremos quedado hasta la venida del Señor, no nos adelantaremos a los que murieron. Porque el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos para recibir al Señor en las nubes, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, animaos unos a otros con estas palabras.