2 CORINTIOS 4:8-18
2 CORINTIOS 4:8-18 RV2020
que estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte del Señor Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros, que vivimos, siempre estamos expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida. Pero como tenemos el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual también hablé , nosotros también creemos, por lo cual también hablamos. Y estamos seguros que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. Porque todas estas cosas las padecemos por vosotros, para que al abundar la gracia por medio de muchos, sobreabunde la acción de gracias para la gloria de Dios. Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, no obstante, el interior se renueva de día en día. Porque esta tribulación, que es leve y momentánea, produce en nosotros una gloria cada vez más excelente y eterna. Por eso, no nos fijamos en las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.