2 REYES 9:22-30
2 REYES 9:22-30 RV2020
Cuando vio Joram a Jehú, dijo: —¿Vienes en son paz, Jehú? Él respondió: —¿Qué paz puede haber con las fornicaciones de Jezabel, tu madre, y sus muchas hechicerías? Entonces Joram volvió las riendas y huyó, mientras le gritaba a Ocozías: —¡Traición, Ocozías! Pero Jehú tensó su arco e hirió a Joram por la espalda; la flecha le atravesó el corazón y él cayó en su carro. Dijo luego Jehú a Bidcar, su capitán: —Levántalo y échalo a un extremo de la heredad de Nabot, el de Jezreel. Acuérdate de que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Acab, su padre, el Señor pronunció esta sentencia sobre él: «Yo he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dijo el Señor, y en esta misma heredad te daré tu paga, dijo el Señor». Levántalo pues, ahora, y échalo en la heredad de Nabot, conforme a la palabra del Señor. Al ver esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de la casa del huerto. Pero Jehú lo persiguió y ordenó: —Herid también a este que va en el carro. Lo hirieron a la subida de Gur, junto a Ibleam. Pero Ocozías huyó a Meguido, y allí murió. Sus siervos lo llevaron en un carro a Jerusalén y allá lo sepultaron con sus padres, en su sepulcro de la ciudad de David. En el undécimo año de Joram hijo de Acab comenzó a reinar Ocozías sobre Judá. Después fue Jehú a Jezreel. Al enterarse Jezabel, se pintó los ojos con antimonio, atavió su cabeza y se asomó a una ventana.