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2 SAMUEL 2:10-32

2 SAMUEL 2:10-32 RV2020

De cuarenta años era Is-boset hijo de Saúl cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Solamente los de la casa de Judá siguieron a David. El número de días que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá fue de siete años y seis meses. Abner hijo de Ner salió de Mahanaim a Gabaón con los siervos de Is-boset hijo de Saúl. Joab hijo de Sarvia, y los siervos de David salieron también y los encontraron junto al estanque de Gabaón; se pararon, los unos a un lado del estanque y los otros al otro lado. Dijo entonces Abner a Joab: —Levántense ahora los jóvenes y luchen delante de nosotros. Joab respondió: —Que se levanten. Entonces se levantaron y avanzaron en número igual, doce de Benjamín por Is-boset hijo de Saúl, y doce de los siervos de David. Cada uno echó mano de la cabeza de su adversario y metió la espada en su costado, de modo que cayeron todos a la vez; por eso aquel lugar, que está en Gabaón, fue llamado «Helcat-hazurim». Aquel día se libró una batalla muy reñida, y Abner y los de Israel fueron vencidos por los siervos de David. Allí estaban los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Este último, que corría ligero como las gacelas del campo, se lanzó en persecución de Abner sin apartarse ni a derecha ni a izquierda. Abner miró hacia atrás y preguntó: —¿No eres tú Asael? —Sí —respondió él. Entonces Abner le dijo: —Apártate a la derecha o a la izquierda, echa mano de alguno de los hombres y toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso dejar de perseguirle. Abner volvió a decir a Asael: —Deja de perseguirme; ¿por qué he de herirte hasta derribarte? ¿Cómo podría levantar entonces mi rostro delante de tu hermano Joab? Como no quiso irse, Abner le hirió con la empuñadura de la lanza por la quinta costilla. La lanza le salió por la espalda, y cayó muerto allí mismo. Y todos los que venían por aquel lugar donde Asael había caído muerto, se detenían. Pero Joab y Abisai persiguieron a Abner. Cuando el sol se puso, llegaron a la colina de Amma, que está delante de Gía, junto al camino del desierto de Gabaón. Se agruparon los hijos de Benjamín detrás de Abner y formaron un solo ejército, con lo que hicieron un alto en la cumbre de la colina. Entonces Abner gritó a Joab: —¿Nos devorará la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que al cabo todo será amargura? ¿Hasta cuándo esperarás para decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos? Joab respondió: —¡Vive Dios!, que de no haber hablado tú, el pueblo habría perseguido a sus hermanos hasta el amanecer. Entonces Joab tocó el cuerno: todo el pueblo se detuvo y no persiguió más a los de Israel, ni peleó más. Abner y los suyos caminaron por el Arabá toda aquella noche, pasaron el Jordán, cruzaron por todo Bitrón y llegaron a Mahanaim. Joab también dejó de perseguir a Abner y reunió a todo el pueblo. De los siervos de David faltaron Asael y diecinueve hombres. Pero los siervos de David hirieron a trescientos sesenta de los hombres de Benjamín y de Abner, los cuales murieron. Tomaron luego a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre en Belén. Después de caminar toda aquella noche, Joab y sus hombres llegaron a Hebrón al amanecer.