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2 SAMUEL 22:1-25

2 SAMUEL 22:1-25 RV2020

David dirigió al Señor las palabras de este cántico el día que el Señor lo libró de manos de Saúl y de todos sus enemigos. Dijo: El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador; Mi Dios, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio, mi salvador. De violencia me libraste. Invocaré al Señor, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos. Me envolvieron las olas de la muerte, me atemorizaron torrentes de perversidad. Me rodearon los lazos del seol. Tendieron sobre mí lazos de muerte. En mi angustia invoqué al Señor, a mi Dios clamé y escuchó mi voz desde su templo. Mi clamor llegó a sus oídos. La tierra fue sacudida y tembló, se conmovieron los cimientos de los cielos. Se estremecieron porque él se indignó. Humo subió de su nariz, y de su boca un fuego abrasador que lanzaba carbones encendidos. Inclinó los cielos y descendió; había tinieblas debajo de sus pies. Cabalgó sobre un querubín y voló; voló sobre las alas del viento. Se envolvió en un cerco de tinieblas, oscuridad de aguas y densas nubes. Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes. Tronó el Señor desde los cielos, el Altísimo hizo oír su voz; Envió sus flechas y los dispersó, lanzó relámpagos y los destruyó. Aparecieron entonces los torrentes de las aguas, quedaron al descubierto los cimientos del mundo ante la reprensión del Señor, al soplo del aliento de su nariz. Envió desde lo alto y me tomó. Me sacó de caudalosas aguas. Me libró de un poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo. Me asaltaron el día de mi desgracia, mas el Señor fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso, me libró porque me amaba. El Señor me recompensa conforme a mi justicia. Conforme a la limpieza de mis manos me ha premiado: porque he guardado los caminos del Señor, y no me aparté de mi Dios para hacer el mal; pues todos sus decretos están delante de mí y nunca me aparté de sus preceptos. Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad. El Señor me recompensa conforme a mi justicia, conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos.