2 SAMUEL 3:1-16
2 SAMUEL 3:1-16 RV2020
Hubo una larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David, pero David se fortalecía cada vez más, mientras que la casa de Saúl se debilitaba. A David le nacieron hijos en Hebrón; su primogénito fue Amnón, de Ahinoam, la jezreelita; el segundo, Quileab, de Abigail, la mujer de Nabal, el de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur; el cuarto, Adonías, hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital; el sexto, Itream, de Egla, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón. Como había guerra entre la casa de Saúl y la de David, aconteció que Abner se fortalecía cada vez más en la casa de Saúl. Había tenido Saúl una concubina llamada Rizpa, hija de Aja. E Is-boset dijo a Abner: —¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre? Abner se enojó mucho por las palabras de Is-boset, y le dijo: —¿Acaso soy un perro al servicio de Judá? Hasta hoy he tenido misericordia con la casa de Saúl, tu padre, con sus hermanos y con sus amigos, y no te he entregado en manos de David; ¿y ahora tú me acusas del pecado de esta mujer? Traiga Dios sobre Abner el peor de los castigos, si no hago como el Señor ha jurado a David, que trasladará el reino de la casa de Saúl, y que confirmará el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Beerseba. Is-boset no fue capaz de responder una palabra a Abner, porque le temía. Entonces envió Abner mensajeros a David para que de su parte le dijeran: —¿De quién es la tierra? Y también: —Haz pacto conmigo, y mi mano estará contigo para que vuelva a ti todo Israel. David respondió: —Bien; haré pacto contigo, pero una cosa te pido: No te presentes ante mí sin que primero traigas a Mical, la hija de Saúl, cuando vengas a verme. Después de esto, envió David mensajeros a Is-boset hijo de Saúl, para que le dijeran: —Restitúyeme a Mical, mi mujer, la cual desposé por cien prepucios de filisteos. Entonces Is-boset mandó quitársela a su marido Paltiel hijo de Lais. Su marido fue con ella, y la acompañó con gran llanto hasta Bahurim. Pero Abner le dijo: —¡Anda, vuélvete! Y él se volvió.