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AMÓS 5:1-27

AMÓS 5:1-27 RV2020

Oíd esta palabra de lamentación que yo entono por vosotros, casa de Israel. Cayó la doncella de Israel y no podrá levantarse ya más; postrada quedó sobre su tierra y no hay quien la levante. Porque así ha dicho el Señor: La ciudad que salga con mil, volverá con cien, y la que salga con cien volverá con diez, en la casa de Israel. Pero así dice el Señor a la casa de Israel: Buscadme y viviréis; mas no busquéis a Bet-el ni entréis en Gilgal ni paséis a Beerseba, porque Gilgal será llevada en cautiverio y Bet-el será deshecha. Buscad al Señor y vivid, no sea que venga como fuego sobre la casa de José y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague. ¡Ay de los que convierten en juicio en amargura y arrojan por el suelo la justicia! Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, al que vuelve las tinieblas en mañana y hace oscurecer el día como noche; al que llama a las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra: El Señor es su nombre. Él trae la ruina sobre el fuerte y hace caer la destrucción sobre la fortaleza. Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y al que hablaba lo recto detestaron. Por tanto, puesto que humilláis al pobre y recibís de él carga de trigo, no habitaréis las casas de piedra labrada que edificasteis ni beberéis del vino de las hermosas viñas que plantasteis. Conozco vuestras muchas rebeliones y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, aceptáis sobornos y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres. Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo. Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis; y así el Señor, Dios de los ejércitos, estará con vosotros, como decís. Aborreced el mal, amad el bien y estableced la justicia en juicio; quizá el Señor, Dios de los ejércitos, tendrá piedad del remanente de José. Por tanto, esto ha dicho el Señor, Dios de los ejércitos: En todas las plazas habrá llanto y en todas las calles dirán: «¡Ay! ¡Ay!»; al labrador se le pedirá que se vista de luto, y al que sabe cantar, que entone endechas. Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré en medio de ti, dice el Señor. ¡Ay de los que desean el día del Señor! ¿Para qué queréis este día del Señor? Será de tinieblas y no de luz. Será como el que huye del león y se encuentra con el oso; o como el que, al entrar en casa, apoya su mano en la pared y le muerde una culebra. ¿No será el día del Señor tinieblas y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor? He aborrecido y despreciado vuestras fiestas solemnes, y me disgustan vuestras asambleas. Y si me ofrecéis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. Alejad de mí el ruido de los cánticos, no quiero escuchar la melodía de vuestros instrumentos. Pero corra el juicio como las aguas y la justicia como arroyo impetuoso. ¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto durante cuarenta años, casa de Israel? Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestros Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis. Os haré, pues, transportar más allá de Damasco, ha dicho el Señor, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.

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