COLOSENSES 2:8-23
COLOSENSES 2:8-23 RV2020
Tened cuidado de que nadie os seduzca por medio de filosofías y engaños infundados basados en tradiciones humanas y conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y en él vosotros estáis completos, pues él es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados, pero no con una circuncisión en sentido físico, sino con la circuncisión llevada a cabo por Cristo, por la que sois despojados de vuestra naturaleza pecaminosa. Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados por la fe en la acción poderosa de Dios que lo levantó de los muertos. Antes vosotros estabais muertos en pecados y aún no habíais sido despojados de vuestra naturaleza humana, pero ahora Dios os ha dado vida juntamente con Cristo, y os ha perdonado todos los pecados. Él ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros, la cual nos acusaba; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. Así, despojó de poder a los principados y a las potestades y, en su séquito triunfal, los exhibió en público para su vergüenza tras triunfar sobre ellos en la cruz. Por tanto, que nadie os juzgue en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto no es más que una sombra de lo que ha de venir; pero la realidad es Cristo. Que nadie os prive de vuestro premio alardeando de humildad y de rendir culto a los ángeles, entrando en detalles de cosas que no han visto; están llenos de orgullo debido a su mentalidad carnal; pero no están unidos a la Cabeza, por medio de la cual todo el cuerpo, a través de las coyunturas y ligamentos, se nutre y crece con el crecimiento que da Dios. Si habéis muerto con Cristo a los elementos de este mundo, ¿por qué, como si vivierais en el mundo, os sometéis a sus preceptos tales como: «No uses», «No comas», «No toques»? Todos estos preceptos están destinados a desaparecer con el uso pues son solo reglas y enseñanzas humanas. Tienen apariencia de sabiduría, por su aspecto de religiosidad devota, humildad y mortificación del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la naturaleza carnal.