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EFESIOS 4:1-24

EFESIOS 4:1-24 RV2020

Yo, pues, que estoy preso por causa del Señor, os ruego que os comportéis como es digno del llamamiento que habéis recibido. Sed humildes y amables; sed tolerantes y soportaos unos a otros con amor. Procurad mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un cuerpo y un Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la cual fuisteis llamados, según la vocación que habéis recibido. Hay un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, actúa por medio de todos y está en todos. Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres . Y eso de que «subió», ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los creyentes para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Así ya no seremos niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina y por aquellos que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. Más bien, al seguir la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien articulado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la función propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. Así que esto os digo y os pido en el Señor: que ya no viváis como los gentiles, que viven de acuerdo a su mente vacía, con el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por su ignorancia y por la dureza de su corazón. Estos, después de haber perdido toda sensibilidad, se entregaron al libertinaje para cometer con avidez toda clase de inmoralidad. Pero esto no es lo que habéis aprendido de Cristo, si en verdad lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos de la vieja naturaleza, que está corrompida por los deseos engañosos, renovad espiritualmente vuestra mente, y revestíos de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios en la justicia y santidad de la verdad.

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