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ÉXODO 4:1-20

ÉXODO 4:1-20 RV2020

Entonces Moisés respondió: —Ellos no me creerán, ni oirán mi voz, pues dirán: «No se te ha aparecido el Señor». —¿Qué es eso que tienes en tu mano? —le preguntó el Señor. —Una vara —le respondió Moisés. —Échala al suelo —le dijo el Señor. Él la echó al suelo y se convirtió en una serpiente; y Moisés huía de ella. Entonces el Señor dijo a Moisés: —Extiende tu mano y tómala por la cola. Él extendió su mano y la tomó, y volvió a ser vara en su mano. —Por esto creerán que se te ha aparecido el Señor, el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Le dijo además el Señor: —Mete ahora tu mano en tu pecho. Él metió la mano en su pecho y, cuando la sacó, vio que estaba leprosa como la nieve. Le dijo el Señor: —Vuelve a meter la mano en tu pecho. Él volvió a meter la mano en su pecho, y al sacarla de nuevo, vio que estaba tan sana como el resto del cuerpo. —Si resulta que no te creen ni obedecen a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la segunda. Y si aún no creen a estas dos señales, ni oyen tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y las aguas que saques del río se convertirán en sangre sobre la tierra. Entonces dijo Moisés al Señor: —¡Ay, Señor!, nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes ni desde que tú hablas con tu siervo, porque soy lento de habla y torpe de lengua. El Señor le respondió: —¿Quién ha dado la boca al ser humano? ¿O quién ha hecho al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, el Señor? Ahora, pues, ve, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar. Y él dijo: —¡Ay, Señor!, envía, te ruego, a cualquier otra persona. Entonces el Señor se enojó contra Moisés, y dijo: —¿No conozco yo a tu hermano Aarón, el levita, y sé que él habla bien? Él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón. Tú le hablarás y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer. Él hablará al pueblo en tu nombre; será tu portavoz, y tú hablarás con él como si hablara yo mismo. Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales. Moisés volvió a casa de su suegro Jetro y le dijo: —Me iré ahora y volveré a Egipto, a donde están mis hermanos, para ver si aún viven. —Ve en paz —dijo Jetro a Moisés. En Madián, el Señor también le dijo a Moisés: —Regresa a Egipto, porque han fallecido todos los que querían matarte. Entonces Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los puso sobre un asno y volvió a la tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.

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