EZEQUIEL 4:1-17
EZEQUIEL 4:1-17 RV2020
Tú, hijo de hombre, toma un adobe, ponlo delante de ti y diseña sobre él la ciudad de Jerusalén. Y la sitiarás, construirás frente a ella fortalezas, sacarás contra ella baluartes, montarás delante de ella un campamento, y junto a ella, a su alrededor, colocarás arietes. Toma también una plancha de hierro y ponla en lugar de muro entre ti y la ciudad; afirmarás luego tu rostro contra ella, de modo que te servirá de cerco, y la sitiarás. Es una señal para la casa de Israel. Tú te acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa de Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos. Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días: trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la casa de Israel. Cumplidos estos, te acostarás por segunda vez, ahora sobre tu lado derecho, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; o sea, un día por cada año. Hacia el asedio de Jerusalén dirigirás tu rostro, y con tu brazo descubierto profetizarás contra ella. He puesto sobre ti ataduras, y no podrás darte vuelta de un lado a otro hasta que hayas cumplido los días de tu asedio. Toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y avena; ponlos en una vasija y hazte pan de ellos para el número de los días que te acuestes sobre tu lado: trescientos noventa días comerás de él. La ración diaria de comida será de doscientos gramos; y la comerás a una hora determinada. También beberás el agua en raciones de medio litro por día, a determinadas horas. Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza. Lo cocerás delante de ellos en fuego de excremento humano. Dijo el Señor: —Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo entre las naciones a donde yo los arroje. Yo dije: —¡Ah, Señor! Mi alma no es impura, ni nunca desde mi juventud hasta este día he comido carne de ningún animal muerto o despedazado, ni tampoco me he llevado a la boca carne inmunda. Y me respondió: —Te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan. Me dijo luego: —Hijo de hombre, haré que escasee el sustento del pan en Jerusalén; comerán el pan racionado y con angustia, y beberán el agua con cuentagotas y llenos de espanto, para que, al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con miedo y se consuman en su maldad.