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GÉNESIS 41:17-33

GÉNESIS 41:17-33 RV2020

Entonces Faraón dijo a José: —En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río, y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado. Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y muy feas; tan extenuadas, que no he visto otras tan feas en toda la tierra de Egipto. Las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas; pero, aunque las tenían en sus entrañas, no se notaba que hubiesen engordado; continuaban tan flacas y famélicas como antes. Entonces me desperté. Luego, de nuevo en sueños, veía que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas. Y que otras siete espigas, menudas, marchitas y quemadas por el viento del desierto, crecían después de ellas; y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas. Esto he contado a los magos, pero no hay quien me lo interprete. Entonces respondió José a Faraón: —El sueño de Faraón es uno solo. Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las espigas hermosas son siete años: se trata de un mismo sueño. También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas son siete años, y las siete espigas menudas y quemadas por el viento del desierto serán siete años de hambre. Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. Vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Tras ellos seguirán siete años de hambre: toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre que la seguirá, la cual será gravísima. Y que Faraón haya tenido el sueño dos veces significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. Por tanto, es necesario que Faraón se provea de un hombre prudente y sabio, y que lo ponga sobre la tierra de Egipto.