ISAÍAS 50:1-11
ISAÍAS 50:1-11 RV2020
Así ha dicho el Señor: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? Es por vuestras maldades que habéis sido vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre. ¿Por qué cuando vine no hallé a nadie y cuando llamé nadie respondió? ¿Acaso mi mano ha perdido su poder de redimir? ¿Acaso ya no tengo fuerza para salvar? Con mi reprensión hago secar el mar, convierto los ríos en desierto, y sus peces se pudren por falta de agua y mueren de sed. Visto de oscuridad los cielos y les pongo tela de saco por cubierta. El Señor me ha dado lengua de sabios para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que escuche como los sabios. El Señor me ha abierto el oído, y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás. He dado mi cuerpo a los que me herían, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; no he apartado mi rostro de injurias y de escupitajos. Porque el Señor me ayuda, no me he avergonzado; por eso he puesto mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Mi salvador está cerca de mí: ¿quién se atreve a contender conmigo? ¡Comparezcamos juntos! ¿Quién es el que quiere acusarme? ¡Que se acerque a mí! El Señor me ayudará: ¿quién podrá condenarme? Todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla. ¿Quién de entre vosotros teme al Señor y escucha la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre del Señor y apóyese en su Dios. Todos vosotros encendéis fuego, os rodeáis de teas: pues andad a la luz de vuestro fuego y de las teas que habéis encendido. De mi mano os vendrá esto: en dolor seréis sepultados.