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JUAN 11

11
8. La resurrección y la vida (11)
Muerte de Lázaro
1Un hombre llamado Lázaro estaba enfermo. Era de Betania, la aldea de María y de Marta, sus hermanas.#Lc 10.38-39. 2(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos).#12.3. 3Las hermanas de Lázaro enviaron este mensaje a Jesús:
—Señor, el que amas#Cf. v. 36. está enfermo.
4Jesús, al oírlo, dijo:
—Esta enfermedad no es de muerte, sino que tiene como finalidad manifestar la gloria de Dios; por medio de ella resplandecerá la gloria del Hijo de Dios. # 1.14; 17.22,24.
5Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6Sin embargo, a pesar de haberse enterado de que Lázaro estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. 7Pasado este tiempo, dijo a los discípulos:
—Vamos otra vez a Judea.
8Los discípulos exclamaron:
—Rabí, hace poco los judíos intentaban apedrearte,#8.59; 10.31. ¿y otra vez vas allá?
9Respondió Jesús:
—¿No tiene el día doce horas? El que anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10mas el que anda de noche tropieza, porque no hay luz en él.
11Dicho esto, agregó:
—Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, # Mt 9.24 (= Mc 5.39 = Lc 8.52); 1 Co 11.30. pero voy a despertarle.
12Respondieron entonces sus discípulos:
—Señor, si se ha dormido, quiere decir que se recuperará.
13Ellos creían que Jesús se refería al sueño natural, pero él estaba hablando de la muerte de Lázaro. 14Entonces les dijo claramente:
—Lázaro ha muerto 15y me alegro por vosotros de que yo no haya estado allí para que creáis. Vayamos a verle.
16Entonces Tomás, apodado «el Mellizo», #14.5; 20.24-29; 21.2. Ver también Mt 10.3 (= Mc 3.18 = Lc 6.15); Hch 1.13. dijo a los a los otros discípulos:
—Vamos también nosotros para morir con él.
Jesús, la resurrección y la vida
17Cuando llegó Jesús se encontró con que Lázaro había sido sepultado hacía ya cuatro días. 18Betania estaba cerca de Jerusalén, como a dos kilómetros y medio, 19y muchos de los judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por la muerte de su hermano. 20Marta, cuando oyó que Jesús llegaba, salió a su encuentro. María, en cambio, se quedó en casa. 21Marta dijo a Jesús:
—Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22Pero también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
23Jesús le contestó:
—Tu hermano resucitará.
24Marta repuso:
—Yo sé que se levantará en la resurrección, en el día final.#6.39+.
25Replicó Jesús:
—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente.#8.51. ¿Crees esto?
27Respondió:
—Sí, Señor. Yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.#Mt 16.16; Jn 1.34; 6.69.
Jesús llora ante la tumba de Lázaro
28Tras declarar esto, fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en secreto:
—El Maestro está aquí y pregunta por ti.
29María, cuando lo oyó, se levantó rápidamente y salió a su encuentro. 30Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar en que Marta se había encontrado con él. 31Los judíos que se encontraban en casa consolándola, viendo que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron pensando que iría a la tumba para llorar allí.
32María llegó al lugar donde estaba Jesús y al verle se arrojó a sus pies y le dijo:
—Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano.
33Jesús entonces, viendo llorar a María y a los judíos que la acompañaban, se sintió hondamente conmovido y, con su espíritu turbado, 34le preguntó:
—¿Dónde le habéis puesto?
Le respondieron:
—Ven a verlo, Señor.
35Jesús lloró.#Lc 19.41. 36Los judíos entonces decían:
—¡Mirad cuánto le amaba!
37Y algunos de ellos se preguntaban:
—Quien dio vista al ciego ¿no podía haber evitado también la muerte de Lázaro?
Resurrección de Lázaro
38Jesús, de nuevo profundamente conmovido, se acercó al sepulcro. Era una cueva, y la entrada estaba tapada con una piedra. 39Dijo Jesús:
—Quitad la piedra.
Marta, la hermana del que había muerto, le advirtió:
—Señor, tiene que oler ya, pues lleva cuatro días sepultado.#Mt 28.1.
40Jesús le contestó:
—¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
41Quitaron la piedra del sepulcro y Jesús, levantando los ojos al cielo,#17.1. dijo:
—Padre, te doy gracias por haberme escuchado. 42Yo sé que siempre me escuchas, pero he dicho esto por la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
43Y a continuación clamó a gran voz:
—¡Lázaro, sal afuera!
44Y el que había muerto salió con las manos y los pies atados con vendas y con el rostro envuelto en un sudario.#20.6-7. Jesús ordenó:
—Desatadlo y dejadlo andar.
El complot para matar a Jesús
(Mt 26.1-5; Mc 14.1-2; Lc 22.1-2)
45Muchos de los judíos que habían acompañado a María y vieron lo que Jesús había hecho creyeron en él.#2.23+. 46Sin embargo, algunos de ellos fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. 47Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el Concilio y dijeron:
—¿Qué haremos? Este hombre hace muchas señales. 48Si no actuamos, todos creerán en él e intervendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.
49Entonces, Caifás, perteneciente al Consejo y sumo sacerdote aquel año, les dijo:
—Ignorantes, 50¿no os dais cuenta de que es preferible que muera uno solo por el pueblo a que toda la nación sea destruida?
51En realidad, Caifás no hizo esta propuesta por su propia cuenta, sino que, como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación. 52Y no solamente por la nación judía, sino también para congregar en un solo pueblo a los hijos de Dios que estaban dispersos. #10.16; cf. Is 11.12; Jer 23.3; Mc 2.12. 53A partir de aquel momento acordaron matarlo.#5.18+.
54Por eso Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se fue de Judea a una ciudad llamada Efraín, situada en la región contigua al desierto. En ella se quedó con sus discípulos.
55Como estaba próxima la pascua de los judíos, muchos de aquella región fueron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. 56Buscaban a Jesús y en el templo se preguntaban unos a otros:
—¿Qué pensáis? ¿Vendrá o no vendrá a la fiesta?#7.11.
57Los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno se enteraba del lugar donde estaba informara de ello para arrestarlo.

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