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JOEL 1:1-20

JOEL 1:1-20 RV2020

Palabra del Señor que vino a Joel hijo de Petuel. Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los habitantes de la tierra. ¿Ha acontecido algo semejante en vuestros días o en los días de vuestros padres? De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la siguiente generación. Lo que dejó la oruga se lo ha comido el saltón; lo que dejó el saltón se lo ha comido el revoltón; y la langosta se ha comido lo que el revoltón había dejado. Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, porque el vino se os ha quitado de vuestra boca. Porque un pueblo fuerte e innumerable ha subido a mi tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas, muelas de león. Ha asolado mi vid y descortezado mi higuera; del todo la ha desnudado y derribado; sus ramas han quedado peladas. Llora tú, como la joven vestida de ropas ásperas por el marido de su juventud. Ha desaparecido de la casa del Señor la ofrenda y la libación; los sacerdotes que sirven al Señor están de duelo. El campo está asolado y se ha enlutado la tierra, porque el trigo ha sido destruido, el mosto está pasado y se ha perdido el aceite. Confundíos, labradores; gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la mies del campo. La vid está seca y ha perecido la higuera; también el granado, la palmera y el manzano: Todos los árboles del campo se han secado. Por eso no hay para nadie motivo de alegría. Vestíos de luto y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid con ropas ásperas, los que servís a mi Dios; porque han cesado ofrenda y libación en la casa de vuestro Dios. Proclamad ayuno, convocad asamblea, congregad a los ancianos y a todos los habitantes de la tierra en la casa del Señor, vuestro Dios, y clamad al Señor. ¡Ay del día!, porque cercano está el día del Señor; vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso. ¿No ha sido arrebatado el alimento ante nuestros propios ojos, junto con la alegría y el placer de estar en la casa de nuestro Dios? El grano se ha podrido debajo de los terrones, el trigo se ha echado a perder, los graneros han sido asolados y los silos destruidos. ¡Cómo gemían las bestias! ¡Perdidas andaban las reses, porque no tenían pastos! Y han sido también asolados los rebaños de las ovejas. A ti, Señor, clamaré; porque el fuego ha consumido los pastos del desierto, la llama ha abrasado los árboles del campo. Las bestias del campo bramarán también a ti, pues se han secado los arroyos de las aguas, y el fuego ha consumido las praderas del desierto.

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