JOSUÉ 3:1-17
JOSUÉ 3:1-17 RV2020
Josué se levantó de mañana, partió de Sitim con todos los hijos de Israel, y llegaron hasta el Jordán y reposaron allí antes de pasarlo. Después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento y ordenaron al pueblo: —Cuando veáis el arca del pacto del Señor, vuestro Dios, y a los levitas sacerdotes que la llevan, saldréis del lugar donde estáis y marcharéis detrás de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir, por cuanto vosotros no habéis pasado nunca antes por este camino. Pero que haya entre vosotros y el arca una distancia como de un kilómetro; no os acercaréis a ella. Josué dijo al pueblo: —Santificaos, porque el Señor hará mañana maravillas entre vosotros. Después dijo a los sacerdotes: —Tomad el arca del pacto y pasad delante del pueblo. Ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo. Entonces el Señor dijo a Josué: —Desde este día comenzaré a engrandecerte ante los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo. Tú, pues, mandarás esto a los sacerdotes que llevan el arca del pacto: «Cuando hayáis llegado a la orilla del agua del Jordán, os detendréis en el río». Josué dijo a los hijos de Israel: —Acercaos y escuchad las palabras del Señor, vuestro Dios. Y añadió Josué: —En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo: El arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará el Jordán delante de vosotros. Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno por cada tribu. Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Señor de toda la tierra, se mojen en la corriente del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán, porque las aguas que vienen de arriba se detendrán y formarán un muro. Aconteció que cuando el pueblo partió de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes que llevaban el arca del pacto delante del pueblo, y cuando los que transportaban el arca entraron en el Jordán y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca se mojaron a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la cosecha), las aguas que venían de arriba se amontonaron bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al mar Salado, quedaron separadas por completo, mientras el pueblo pasaba en dirección a Jericó. Pero los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del Señor, permanecieron firmes sobre suelo seco en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo acabó de atravesar el río. Y todo Israel pasó por el cauce seco.