LEVÍTICO 4:20-35
LEVÍTICO 4:20-35 RV2020
de modo que hará con aquel becerro como había hecho con el de la expiación, exactamente lo mismo. Así efectuará el sacerdote expiación por ellos, y obtendrán perdón. Sacará luego el becerro fuera del campamento y lo quemará como quemó el primero. Es un sacrificio de expiación por la congregación. Si el que peca involuntariamente es un jefe, y comete una falta contra alguno de todos los mandamientos del Señor, su Dios, sobre lo que no se debe hacer, es culpable. Cuando adquiera conciencia de su falta, presentará como ofrenda un macho cabrío sin defecto. Pondrá su mano sobre la cabeza del animal y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto, delante del Señor. Es un sacrificio de expiación. El sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la expiación, la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto y derramará el resto al pie del altar del holocausto. Luego quemará toda su grasa sobre el altar, como la grasa del sacrificio de paz. Así hará el sacerdote expiación por él, por su pecado, y este obtendrá perdón. Si alguien del pueblo peca involuntariamente, y comete una falta contra alguno de los mandamientos del Señor referente a lo que no se debe hacer, es culpable. Cuando adquiera conciencia de haber cometido un pecado, presentará como ofrenda una cabra sin defecto por la acción realizada. Pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de expiación y la degollará en el lugar del holocausto. Luego el sacerdote tomará con su dedo de la sangre, la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, a cuyo pie derramará el resto. Después le quitará toda su grasa, de la manera que se hace con el sacrificio de paz, y el sacerdote la hará arder sobre el altar en olor grato al Señor. Así hará el sacerdote expiación por él, y será perdonado. Si trae un cordero como su ofrenda por el pecado, deberá ser una hembra sin defecto. Pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de expiación y la degollará en el lugar donde se degüella el holocausto. Después tomará el sacerdote con su dedo de la sangre de la expiación, la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, a cuyo pie derramará el resto. Le quitará toda su grasa, como se hace con el sacrificio de paz, y el sacerdote la hará arder en el altar sobre la ofrenda quemada al Señor. Así hará el sacerdote expiación por el pecado que haya cometido, y será perdonado.