PROVERBIOS 29:1-27
PROVERBIOS 29:1-27 RV2020
El que se empecina ante la reprensión, acabará en la ruina pronto y sin remedio. Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; cuando domina el malvado, el pueblo gime. El que ama la sabiduría alegra a su padre; el que frecuenta rameras perderá los bienes. El rey que actúa con justicia afirma el país; el que solo exige tributos, lo destruye. El que lisonjea a su prójimo le tiende una red ante sus pies. En la transgresión del malhechor está su propia trampa, pero el justo canta con alegría. El justo está atento a la causa de los pobres; el malvado, de esto, nada sabe. Los insolentes alborotan la ciudad; los sabios calman la ira. Si el sabio disputa con el necio, sea que se enoje o que se ría, no tendrá reposo. Los sanguinarios aborrecen al íntegro, pero los rectos procuran agradarle. El necio da rienda suelta a toda su ira, pero el sabio, al fin, la apacigua. Si un gobernante hace caso a la mentira, todos sus servidores serán malvados. El pobre y el usurero tienen en común que el Señor alumbra los ojos de ambos. Para siempre será firme el trono del rey que conforme a la verdad juzga a los pobres. La vara y la corrección dan sabiduría, pero el muchacho consentido avergüenza a su madre. Cuando los malvados son muchos, mucha es la transgresión; pero los justos verán la ruina de ellos. Corrige a tu hijo y vivirás tranquilo, te colmará de satisfacciones. Cuando falta la profecía, el pueblo se desenfrena, pero el que obedece la ley es dichoso. Al siervo no se le corrige con palabras, porque entiende, pero no hace caso. ¿Te has fijado en los que hablan sin pensar? ¡Más se puede esperar de un necio que de gente así! El siervo mimado desde la niñez por su amo, a la postre será su heredero. El iracundo provoca contiendas; el furioso, a menudo peca. La soberbia del hombre le acarrea humillación, pero al humilde de espíritu lo sustenta la honra. El cómplice del ladrón se aborrece a sí mismo, pues oye la maldición, pero no le denuncia. El temor del hombre le pone trampas; el que confía en el Señor está a salvo. Muchos buscan el favor del príncipe, pero del Señor procede la justicia para todos. Los justos detestan a los malvados, y los malvados detestan a los justos.