RUT 3:1-11
RUT 3:1-11 RV2020
Un día le dijo su suegra Noemí: —Hija mía, quiero buscarte un hogar donde seas feliz. Ya sabes que ese Booz, con cuyas criadas has estado trabajando, es pariente nuestro y precisamente esta noche va a aventar la cebada en la era. Así que lávate, perfúmate, arréglate bien y ve a la era; pero no te presentarás ante ese hombre hasta que él haya acabado de comer y de beber. Cuando se acueste, fíjate en qué lugar se acuesta, ve, descubre sus pies, y acuéstate allí; él mismo te dirá lo que debas hacer. Rut respondió: —Haré todo lo que tú me mandes. Y Rut fue a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Cuando Booz terminó de comer y beber, sintiéndose ya a gusto, se retiró a dormir junto a un montón de grano. Un rato más tarde vino ella calladamente, le descubrió los pies y se acostó. A la medianoche se estremeció aquel hombre, se dio la vuelta, y descubrió que una mujer estaba acostada a sus pies. Entonces dijo: —¿Quién eres? Ella respondió: —Soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano. Dijo Booz: —El Señor te bendiga, hija mía. Esta muestra de fidelidad supera aún a la anterior, pues no has ido a buscar a ningún joven, sea pobre o rico. Ahora, pues, no temas, hija mía; haré contigo como tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.