1 SAMUEL 1:12-28
1 SAMUEL 1:12-28 DHHE
Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca; pero ella oraba mentalmente. No se escuchaba su voz; solo se movían sus labios. Elí creyó entonces que estaba borracha, y le dijo: –¿Hasta cuándo vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino! –No es eso, señor –contestó Ana–. No es que haya bebido vino ni licor, sino que me siento angustiada y estoy desahogando mi pena delante del Señor. No pienses que soy una mala mujer, sino que he estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y afligida. –Vete en paz –le contestó Elí–, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido. –Muchas gracias –contestó ella. Luego Ana regresó por donde había venido, se fue a comer y nunca más volvió a estar triste. A la mañana siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, regresaron a su casa en Ramá. Después Elcaná se unió con su esposa Ana, y el Señor tuvo presente la petición que ella le había hecho. Así Ana quedó embarazada, y cuando se cumplió el tiempo dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, porque se lo había pedido al Señor. Luego fue Elcaná con toda su familia a Siló, para cumplir su promesa y ofrecer el sacrificio anual; pero Ana no fue, sino que dijo a su marido: –No iré hasta que destete al niño. Entonces lo llevaré para dedicárselo al Señor y que se quede allá para siempre. Elcaná, su marido, le respondió: –Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado. Y que el Señor cumpla su promesa. Así que ella se quedó, y crió a su hijo hasta que lo destetó. Y cuando le quitó el pecho, y siendo todavía él un niño pequeño, lo llevó consigo al templo del Señor en Siló. También llevó tres becerros, veintidós litros de trigo y un odre de vino. Entonces sacrificaron un becerro y presentaron el niño a Elí. Ana le dijo: –Perdona, señor, pero tan cierto como que tú vives es que yo soy aquella mujer que estuvo orando al Señor aquí, cerca de ti. Le pedí al Señor que me diera este hijo, y él me lo concedió. Yo, por mi parte, lo he dedicado al Señor; mientras viva, le estará dedicado. Entonces Elí se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, delante del Señor.