2 REYES 25
25
VII. EL REY JOAQUÍN EN BABILONIA (25.27-30)
Caída de Jerusalén#25.1-7 Con la caída de Jerusalén y la destrucción del templo terminó dramáticamente la historia del reino de Judá. La consternación y el desconcierto producidos por estos dolorosos acontecimientos están expresados poéticamente en el libro de Lamentaciones. Véase también Sal 74 n.; 79 n.
(Jer 39.1-7; 52.3-11)
Después Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 1El día diez del mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió. Acampó frente a ella y a su alrededor construyó rampas para atacarla. 2La ciudad estuvo sitiada hasta el año once del reinado de Sedequías. 3El día nueve del mes cuarto de aquel año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer. 4Entonces hicieron un boquete en las murallas de la ciudad, y aunque los caldeos la tenían sitiada, el rey y todos los soldados huyeron de la ciudad durante la noche. Salieron por la puerta situada entre las dos murallas, por el camino de los jardines reales, y tomaron el camino del valle del Jordán. 5Pero los soldados caldeos persiguieron al rey Sedequías y lo alcanzaron en la llanura de Jericó. Todo su ejército lo abandonó y se dispersó. 6Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías#25.4-6 Caldeos: Véase Gn 11.28 n. Del valle del Jordán: lit. del Arabá (véase Dt 1.1 n.). Jericó: Véase Jos 2.1 nota b. Riblá: Cf. 2 R 23.33. 7e hizo degollar a los hijos de Sedequías en su propia presencia. En cuanto al mismo Sedequías, mandó sacarle los ojos y llevarle encadenado a Babilonia.
Destrucción del templo de Jerusalén
(2 Cr 36.17-21; Jer 39.8-10; 52.12-30)
8El día siete del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, oficial del rey y comandante de la guardia real, llegó a Jerusalén 9e incendió el templo, el palacio real y todas las casas de la ciudad, especialmente las casas de todos los personajes notables, 10y el ejército caldeo que le acompañaba derribó las murallas que rodeaban Jerusalén. 11Luego Nebuzaradán llevó desterrados a Babilonia tanto a los que aún quedaban en la ciudad como a los que se habían puesto del lado del rey de Babilonia,#25.11 Los babilonios llevaron a cabo una deportación masiva, pero no introdujeron en el país una nueva población, como habían hecho los asirios en Samaria (2 R 17.24). y al resto de los artesanos. 12Solo dejó a algunos de entre la gente más pobre, para que cultivaran los viñedos y los campos.
13Los caldeos hicieron pedazos los objetos de bronce que había en el templo: las columnas, las bases y la enorme pila para el agua, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 14También se llevaron los ceniceros, las palas, las tenazas, los cucharones y todos los utensilios de bronce para el culto. 15Igualmente, el comandante de la guardia se llevó todos los objetos de oro y plata: los braseros y los tazones. 16Por lo que se refiere a las dos columnas, la enorme pila para el agua y las bases que el rey Salomón había mandado hacer para el templo, su peso no podía calcularse. 17Cada columna tenía más de ocho metros de altura y, en su parte superior, un capitel de bronce de más de dos metros de altura, alrededor del cual había una rejilla de bronce adornada con granadas. Las dos columnas eran iguales.
Destierro del pueblo de Judá
18El comandante de la guardia apresó también a Seraías, sumo sacerdote, a Sofonías, sacerdote que le seguía en dignidad, y a los tres guardianes del umbral del templo.#25.18 Los tres guardianes del umbral del templo: Véase 2 R 12.8 n. 19De la gente de la ciudad apresó al oficial que mandaba las tropas, a cinco hombres del servicio personal del rey que se encontraban en la ciudad, al funcionario militar que reclutaba hombres para el ejército y a sesenta ciudadanos notables que había en la ciudad. 20-21Nebuzaradán los llevó a todos ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí el rey de Babilonia mandó que los mataran.
Así fue desterrado de su país el pueblo de Judá.#25.20-21 Según Abd 10-14, los edomitas se asociaron a los babilonios en el saqueo de Jerusalén (cf. Sal 137.7; Lm 4.21-22).
Los que huyeron a Egipto
(Jer 40.7-10; 41.1-3, 16-18)
22Nabucodonosor, rey de Babilonia, nombró gobernador a Guedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, para que se hiciera cargo de la gente que él había dejado en Judá.#25.22 Guedalías pertenecía a una familia noble de Judá; su padre Ahicam había salvado en una ocasión la vida de Jeremías (Jer 26.24), y es posible que su abuelo Safán fuera un alto funcionario del rey Josías (2 R 22.3). 23Y cuando los jefes del ejército de Judá y sus hombres lo supieron, fueron a Mispá#25.23 Quizá porque Jerusalén se había vuelto inhabitable, Guedalías estableció la sede de su gobierno en Mispá de Benjamín, situada a unos 8 km. más al norte. Ya en tiempos de los jueces, Mispá había sido un importante centro religioso de las tribus israelitas (1 S 7.5-7; 10.17). para hablar con Guedalías. Eran Ismael, hijo de Netanías; Johanán, hijo de Caréah; Seraías, hijo de Tanhúmet, de Netofá; y Jaazanías, hijo de un hombre de Maacá. Fueron acompañados de sus hombres. 24Guedalías les hizo un juramento a ellos y a sus hombres, y les dijo que no tuvieran miedo de los oficiales caldeos, que se quedaran a vivir en el país y sirvieran al rey de Babilonia, y que les iría bien.
25Pero en el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisamá, que era de la familia real de Judá, llegó acompañado de diez hombres, y entre todos mataron a Gedalías y a los judíos y caldeos que estaban con él en Mispá.#25.25 El asesinato de Guedalías se relata más detalladamente en Jer 41. 26Entonces toda la gente, por miedo a los caldeos, se levantó y se fue a Egipto, lo mismo grandes y pequeños que jefes del ejército.
Liberación de Joaquín en Babilonia
(Jer 52.31-34)
27El día veintisiete del mes doce del año treinta y siete del destierro del rey Joaquín de Judá, comenzó a reinar en Babilonia el rey Evil-merodac, que se mostró bondadoso con Joaquín y lo sacó de la cárcel,#25.27 Joaquín había sido deportado en el año 598 a.C., de manera que su liberación tuvo lugar en el 561. Esa fecha coincide con la ascensión al trono de Evil-merodac, como sucesor de Nabucodonosor. 28lo trató bien y le dio preferencia sobre los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 29De esta manera, Joaquín pudo quitarse la ropa que usaba en la prisión y comer con el rey por el resto de su vida. 30Además, durante toda su vida recibió Joaquín una pensión diaria de parte del rey de Babilonia.#25.27-30 La amnistía concedida al rey Joaquín en el exilio introduce una nota de esperanza en este dramático final. La destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia no son la última palabra. La supervivencia de la dinastía de David en Babilonia parece ser el anuncio de un porvenir más promisorio.
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VII. EL REY JOAQUÍN EN BABILONIA (25.27-30)
Caída de Jerusalén#25.1-7 Con la caída de Jerusalén y la destrucción del templo terminó dramáticamente la historia del reino de Judá. La consternación y el desconcierto producidos por estos dolorosos acontecimientos están expresados poéticamente en el libro de Lamentaciones. Véase también Sal 74 n.; 79 n.
(Jer 39.1-7; 52.3-11)
Después Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 1El día diez del mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió. Acampó frente a ella y a su alrededor construyó rampas para atacarla. 2La ciudad estuvo sitiada hasta el año once del reinado de Sedequías. 3El día nueve del mes cuarto de aquel año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer. 4Entonces hicieron un boquete en las murallas de la ciudad, y aunque los caldeos la tenían sitiada, el rey y todos los soldados huyeron de la ciudad durante la noche. Salieron por la puerta situada entre las dos murallas, por el camino de los jardines reales, y tomaron el camino del valle del Jordán. 5Pero los soldados caldeos persiguieron al rey Sedequías y lo alcanzaron en la llanura de Jericó. Todo su ejército lo abandonó y se dispersó. 6Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías#25.4-6 Caldeos: Véase Gn 11.28 n. Del valle del Jordán: lit. del Arabá (véase Dt 1.1 n.). Jericó: Véase Jos 2.1 nota b. Riblá: Cf. 2 R 23.33. 7e hizo degollar a los hijos de Sedequías en su propia presencia. En cuanto al mismo Sedequías, mandó sacarle los ojos y llevarle encadenado a Babilonia.
Destrucción del templo de Jerusalén
(2 Cr 36.17-21; Jer 39.8-10; 52.12-30)
8El día siete del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, oficial del rey y comandante de la guardia real, llegó a Jerusalén 9e incendió el templo, el palacio real y todas las casas de la ciudad, especialmente las casas de todos los personajes notables, 10y el ejército caldeo que le acompañaba derribó las murallas que rodeaban Jerusalén. 11Luego Nebuzaradán llevó desterrados a Babilonia tanto a los que aún quedaban en la ciudad como a los que se habían puesto del lado del rey de Babilonia,#25.11 Los babilonios llevaron a cabo una deportación masiva, pero no introdujeron en el país una nueva población, como habían hecho los asirios en Samaria (2 R 17.24). y al resto de los artesanos. 12Solo dejó a algunos de entre la gente más pobre, para que cultivaran los viñedos y los campos.
13Los caldeos hicieron pedazos los objetos de bronce que había en el templo: las columnas, las bases y la enorme pila para el agua, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 14También se llevaron los ceniceros, las palas, las tenazas, los cucharones y todos los utensilios de bronce para el culto. 15Igualmente, el comandante de la guardia se llevó todos los objetos de oro y plata: los braseros y los tazones. 16Por lo que se refiere a las dos columnas, la enorme pila para el agua y las bases que el rey Salomón había mandado hacer para el templo, su peso no podía calcularse. 17Cada columna tenía más de ocho metros de altura y, en su parte superior, un capitel de bronce de más de dos metros de altura, alrededor del cual había una rejilla de bronce adornada con granadas. Las dos columnas eran iguales.
Destierro del pueblo de Judá
18El comandante de la guardia apresó también a Seraías, sumo sacerdote, a Sofonías, sacerdote que le seguía en dignidad, y a los tres guardianes del umbral del templo.#25.18 Los tres guardianes del umbral del templo: Véase 2 R 12.8 n. 19De la gente de la ciudad apresó al oficial que mandaba las tropas, a cinco hombres del servicio personal del rey que se encontraban en la ciudad, al funcionario militar que reclutaba hombres para el ejército y a sesenta ciudadanos notables que había en la ciudad. 20-21Nebuzaradán los llevó a todos ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí el rey de Babilonia mandó que los mataran.
Así fue desterrado de su país el pueblo de Judá.#25.20-21 Según Abd 10-14, los edomitas se asociaron a los babilonios en el saqueo de Jerusalén (cf. Sal 137.7; Lm 4.21-22).
Los que huyeron a Egipto
(Jer 40.7-10; 41.1-3, 16-18)
22Nabucodonosor, rey de Babilonia, nombró gobernador a Guedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, para que se hiciera cargo de la gente que él había dejado en Judá.#25.22 Guedalías pertenecía a una familia noble de Judá; su padre Ahicam había salvado en una ocasión la vida de Jeremías (Jer 26.24), y es posible que su abuelo Safán fuera un alto funcionario del rey Josías (2 R 22.3). 23Y cuando los jefes del ejército de Judá y sus hombres lo supieron, fueron a Mispá#25.23 Quizá porque Jerusalén se había vuelto inhabitable, Guedalías estableció la sede de su gobierno en Mispá de Benjamín, situada a unos 8 km. más al norte. Ya en tiempos de los jueces, Mispá había sido un importante centro religioso de las tribus israelitas (1 S 7.5-7; 10.17). para hablar con Guedalías. Eran Ismael, hijo de Netanías; Johanán, hijo de Caréah; Seraías, hijo de Tanhúmet, de Netofá; y Jaazanías, hijo de un hombre de Maacá. Fueron acompañados de sus hombres. 24Guedalías les hizo un juramento a ellos y a sus hombres, y les dijo que no tuvieran miedo de los oficiales caldeos, que se quedaran a vivir en el país y sirvieran al rey de Babilonia, y que les iría bien.
25Pero en el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisamá, que era de la familia real de Judá, llegó acompañado de diez hombres, y entre todos mataron a Gedalías y a los judíos y caldeos que estaban con él en Mispá.#25.25 El asesinato de Guedalías se relata más detalladamente en Jer 41. 26Entonces toda la gente, por miedo a los caldeos, se levantó y se fue a Egipto, lo mismo grandes y pequeños que jefes del ejército.
Liberación de Joaquín en Babilonia
(Jer 52.31-34)
27El día veintisiete del mes doce del año treinta y siete del destierro del rey Joaquín de Judá, comenzó a reinar en Babilonia el rey Evil-merodac, que se mostró bondadoso con Joaquín y lo sacó de la cárcel,#25.27 Joaquín había sido deportado en el año 598 a.C., de manera que su liberación tuvo lugar en el 561. Esa fecha coincide con la ascensión al trono de Evil-merodac, como sucesor de Nabucodonosor. 28lo trató bien y le dio preferencia sobre los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 29De esta manera, Joaquín pudo quitarse la ropa que usaba en la prisión y comer con el rey por el resto de su vida. 30Además, durante toda su vida recibió Joaquín una pensión diaria de parte del rey de Babilonia.#25.27-30 La amnistía concedida al rey Joaquín en el exilio introduce una nota de esperanza en este dramático final. La destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia no son la última palabra. La supervivencia de la dinastía de David en Babilonia parece ser el anuncio de un porvenir más promisorio.
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