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HECHOS 7:36-53

HECHOS 7:36-53 DHHE

Y Moisés sacó de Egipto a nuestros antepasados, e hizo milagros y señales durante cuarenta años en aquella tierra, en el mar Rojo y en el desierto. Moisés dijo a los israelitas: ‘Dios hará que salga de entre vosotros un profeta como yo.’ También Moisés estuvo en la asamblea de Israel en el desierto, y con el ángel que le habló en el monte Sinaí, y con nuestros antepasados. Y recibió palabras de vida para pasárnoslas a nosotros. “Pero nuestros antepasados no quisieron obedecerle, sino que le rechazaron y deseaban regresar a Egipto. Dijeron a Aarón: ‘Haznos dioses que nos guíen, porque no sabemos qué ha sido de este Moisés que nos sacó de Egipto.’ Entonces hicieron un ídolo en forma de becerro, mataron animales para ofrecérselos y celebraron una fiesta en honor del ídolo que habían hecho con sus manos. Por eso, Dios se apartó de ellos y les dejó adorar a las estrellas del cielo. Pues así está escrito en el libro de los profetas: ‘Israelitas, ¿acaso en los cuarenta años del desierto me ofrecisteis sacrificios y ofrendas? Por el contrario, cargasteis con el santuario del dios Moloc y con la estrella del dios Refán, imágenes de dioses que vosotros mismos os hicisteis para adorarlas. Por eso os arrojaré al desierto, más allá de Babilonia.’ “Nuestros antepasados tenían en el desierto la tienda del pacto, hecha conforme a lo que Dios había ordenado a Moisés cuando le dijo que la hiciera según el modelo que había visto. Nuestros antepasados recibieron aquella tienda en herencia, y los que vinieron con Josué la trajeron consigo cuando conquistaron la tierra de aquellos otros pueblos a los que Dios expulsó de delante de ellos. Así fue hasta los días de David. El rey David, que encontró favor delante de Dios, quiso construir un lugar donde viviera la descendencia de Jacob; pero fue Salomón quien construyó el templo de Dios. Aunque el Dios altísimo no vive en templos hechos por la mano del hombre, pues, como dijo el profeta: ‘El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué clase de casa me construiréis?, dice el Señor; ¿cuál será mi lugar de descanso, si yo mismo hice todas estas cosas?’ “Pero vosotros –siguió diciendo Esteban– siempre habéis sido tercos, y tenéis oídos y corazón paganos. Siempre estáis en contra del Espíritu Santo. Sois igual que vuestros antepasados. ¿A cuál de los profetas no maltrataron vuestros antepasados? Y mataron a quienes habían anunciado la venida de aquel que es justo; y ahora que este justo ha venido, vosotros lo habéis traicionado y lo habéis matado. Vosotros, que recibisteis la ley por medio de ángeles, no la habéis obedecido.”

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