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ISAÍAS 59:1-8

ISAÍAS 59:1-8 DHHE

La fuerza del Señor no ha disminuido como para no poder salvar, ni se ha vuelto el Señor tan sordo como para no poder oir. Pero las maldades que habéis cometido han levantado una barrera entre vosotros y Dios; vuestros pecados han hecho que él se cubra la cara y que no quiera oiros. Tenéis las manos manchadas de sangre y los dedos manchados de crímenes; vuestros labios dicen mentiras; vuestra lengua emite maldad. Nadie hace denuncias justas, ni va a juicio con honradez. Confían más bien en la mentira y en palabras falsas; están preñados de maldad y dan a luz el crimen. Incuban huevos de víbora y tejen telarañas; el que come esos huevos, muere, y si alguien los aplasta, salen serpientes venenosas. Con esas telarañas no se hacen vestidos; nadie puede vestirse con lo que ellos tejen. Sus acciones son todas criminales: sus manos trabajan para hacer violencia, sus pies les sirven para correr al mal, para darse prisa a derramar sangre inocente. Sus pensamientos se dirigen al crimen, y a su paso dejan solo destrucción y ruina. No conocen el camino de la paz, no hay rectitud en sus acciones. Los caminos que siguen son torcidos; los que andan por ellos no encuentran la paz.