NÚMEROS 31
31
Destrucción de Madián#31.1-24 Esta represalia es la consecuencia de lo indicado en Nm 25.16-18. Acerca del herem, o dedicación a la destrucción completa, véase Nm 21.2 n.
1El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2“Véngate de los madianitas en nombre de los israelitas. Después de eso, morirás.”
3Moisés dijo entonces al pueblo:
–Armaos algunos de vosotros para la guerra, y atacad a Madián para vengaros de ellos en nombre del Señor. 4Cada tribu debe enviar mil hombres a la guerra.
5Así pues, de los ejércitos de cada tribu se escogieron mil hombres, doce mil en total, armados para la guerra. 6Moisés los envió a la batalla en compañía de Finees, hijo del sacerdote Eleazar, quien llevaba los objetos sagrados y las trompetas para dar la orden de ataque. 7Pelearon contra los madianitas y los mataron a todos, tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.#31.7 A pesar de esta destrucción, los madianitas vuelven a aparecer más tarde como enemigos de Israel (Jue 6–8). 8Mataron a Eví, Réquem, Sur, Hur y Reba, es decir, los cinco reyes madianitas, y también a Balaam, hijo de Beor. 9Los israelitas se llevaron prisioneras a las mujeres madianitas y a sus hijos pequeños, y les quitaron los animales, el ganado y los objetos de valor; 10además quemaron todas sus ciudades y campamentos. 11Y todo lo que les quitaron, tanto personas como animales, 12se lo llevaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y al pueblo de Israel, los cuales estaban acampados en la llanura de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
13Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los jefes del pueblo salieron a recibirlos fuera del campamento. 14Pero Moisés se enojó con los jefes que estaban al frente de mil y de cien soldados, que venían de la batalla, 15y les dijo:
–¿Por qué dejasteis con vida a las mujeres? 16Precisamente fueron ellas las que, cuando el asunto de Balaam,#31.16 Cuando el asunto de: otra posible traducción: por consejo de. llevaron a los israelitas a rebelarse contra el Señor y adorar a Baal-peor.#31.16 Baal-peor: Nm 25.1-9 (véase 25.1-3 n.); cf. Ap 2.14. Por eso el Señor castigó con una plaga a su pueblo. 17Matad ahora mismo a todos los niños varones y a todas las mujeres que no sean vírgenes. 18A las muchachas vírgenes dejadlas con vida, y quedaos con ellas. 19Y todos los que hayáis matado a alguien o hayáis tocado un cadáver, quedaos fuera del campamento durante siete días. Tanto vosotros como los prisioneros deberéis purificaros al tercero y al séptimo día. 20Purificad también toda la ropa y todos los objetos de cuero, de pelo de cabra o de madera.
21El sacerdote Eleazar dijo a todos los soldados que habían estado en la batalla:
–Esta es una ley que el Señor dio a Moisés: 22Los objetos de oro, plata, bronce, hierro, estaño o plomo 23–en una palabra, todo lo que resista al fuego–, los purificaréis poniéndolos al fuego y lavándolos con el agua de purificación.#31.23 Agua de purificación: Nm 19.9. Las cosas que no resistan al fuego, las purificaréis solo con agua. 24El séptimo día lavaréis vuestra ropa y quedaréis puros. Después podréis entrar en el campamento.
Reparto del botín
25El Señor dijo a Moisés:
26“Con ayuda del sacerdote Eleazar y de los jefes de familia del pueblo, haz la cuenta de la gente y de los animales arrebatados a los madianitas; 27divídelo todo en dos partes iguales, y distribuye una parte entre los que fueron a pelear y la otra entre el resto del pueblo. 28Recoge además una parte para mí: de lo que les toque a los soldados, tanto de la gente como de los bueyes, asnos y ovejas, tomarás uno de cada quinientos 29y se lo darás al sacerdote Eleazar como contribución para mí. 30De la mitad correspondiente al resto de los israelitas, tanto de la gente como de los bueyes, asnos y ovejas, o sea de todos los animales, tomarás uno de cada cincuenta y se lo darás a los levitas encargados del servicio de mi santuario.”
31Moisés y Eleazar hicieron tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. 32Todo lo que se le quitó al enemigo, sin contar lo que los soldados recogieron por su parte, fueron seiscientas setenta y cinco mil ovejas, 33setenta y dos mil bueyes, 34sesenta y un mil asnos 35y treinta y dos mil muchachas vírgenes. 36Por lo tanto, la mitad que les tocó a los soldados fue de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 37de las que se dieron seiscientas setenta y cinco como contribución para el Señor; 38de los treinta y seis mil bueyes, se dieron sesenta y dos como contribución para el Señor; 39de los treinta mil quinientos asnos, se dieron sesenta y uno como contribución para el Señor; 40y de las dieciséis mil muchachas, se dieron treinta y dos como contribución para el Señor. 41Moisés entregó la contribución para el Señor al sacerdote Eleazar, tal como el Señor se lo había ordenado.
42La otra mitad, que era la parte que le tocaba al resto de los israelitas y que Moisés había separado de la parte que les tocó a los soldados, 43fue exactamente la misma, o sea: trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 44treinta y seis mil bueyes, 45treinta mil quinientos asnos 46y dieciséis mil muchachas. 47De esta mitad sacó Moisés uno de cada cincuenta, lo mismo de personas que de animales, y se lo dio a los levitas que servían en el santuario del Señor, tal como el Señor se lo había ordenado.
48Entonces los jefes que habían estado al frente de mil y de cien soldados fueron a ver a Moisés 49y le dijeron: “Nosotros, tus servidores, hemos hecho la cuenta de los soldados que teníamos a nuestro cargo, y no falta ninguno. 50Aquí traemos los objetos de oro que cada uno encontró: brazaletes, pulseras, anillos, aretes y otros adornos,#31.50 Y otros adornos: o pendientes; el hebreo es dudoso. Véase Ex 35.22 n., donde el texto hebreo usa la misma palabra. para ofrecérselos al Señor como rescate por nosotros mismos.”#31.50 Como rescate: tal vez a causa de la impureza ritual causada por el contacto con los muertos.
51Moisés y Eleazar recibieron de ellos todas las joyas de oro. 52El oro que ofrecieron como contribución los jefes al mando de mil y de cien soldados, pesó más de ciento ochenta y cuatro kilos, 53pues cada soldado había traído algo de lo que se le había quitado al enemigo. 54Así pues, Moisés y Eleazar recibieron de los jefes el oro que habían traído, y lo llevaron a la tienda del encuentro para que el Señor se acordara de los israelitas.
Actualmente seleccionado:
NÚMEROS 31: DHHE
Destacar
Compartir
Copiar
¿Quieres tener guardados todos tus destacados en todos tus dispositivos? Regístrate o inicia sesión
Sociedad Bíblica de España
NÚMEROS 31
31
Destrucción de Madián#31.1-24 Esta represalia es la consecuencia de lo indicado en Nm 25.16-18. Acerca del herem, o dedicación a la destrucción completa, véase Nm 21.2 n.
1El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2“Véngate de los madianitas en nombre de los israelitas. Después de eso, morirás.”
3Moisés dijo entonces al pueblo:
–Armaos algunos de vosotros para la guerra, y atacad a Madián para vengaros de ellos en nombre del Señor. 4Cada tribu debe enviar mil hombres a la guerra.
5Así pues, de los ejércitos de cada tribu se escogieron mil hombres, doce mil en total, armados para la guerra. 6Moisés los envió a la batalla en compañía de Finees, hijo del sacerdote Eleazar, quien llevaba los objetos sagrados y las trompetas para dar la orden de ataque. 7Pelearon contra los madianitas y los mataron a todos, tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.#31.7 A pesar de esta destrucción, los madianitas vuelven a aparecer más tarde como enemigos de Israel (Jue 6–8). 8Mataron a Eví, Réquem, Sur, Hur y Reba, es decir, los cinco reyes madianitas, y también a Balaam, hijo de Beor. 9Los israelitas se llevaron prisioneras a las mujeres madianitas y a sus hijos pequeños, y les quitaron los animales, el ganado y los objetos de valor; 10además quemaron todas sus ciudades y campamentos. 11Y todo lo que les quitaron, tanto personas como animales, 12se lo llevaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y al pueblo de Israel, los cuales estaban acampados en la llanura de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
13Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los jefes del pueblo salieron a recibirlos fuera del campamento. 14Pero Moisés se enojó con los jefes que estaban al frente de mil y de cien soldados, que venían de la batalla, 15y les dijo:
–¿Por qué dejasteis con vida a las mujeres? 16Precisamente fueron ellas las que, cuando el asunto de Balaam,#31.16 Cuando el asunto de: otra posible traducción: por consejo de. llevaron a los israelitas a rebelarse contra el Señor y adorar a Baal-peor.#31.16 Baal-peor: Nm 25.1-9 (véase 25.1-3 n.); cf. Ap 2.14. Por eso el Señor castigó con una plaga a su pueblo. 17Matad ahora mismo a todos los niños varones y a todas las mujeres que no sean vírgenes. 18A las muchachas vírgenes dejadlas con vida, y quedaos con ellas. 19Y todos los que hayáis matado a alguien o hayáis tocado un cadáver, quedaos fuera del campamento durante siete días. Tanto vosotros como los prisioneros deberéis purificaros al tercero y al séptimo día. 20Purificad también toda la ropa y todos los objetos de cuero, de pelo de cabra o de madera.
21El sacerdote Eleazar dijo a todos los soldados que habían estado en la batalla:
–Esta es una ley que el Señor dio a Moisés: 22Los objetos de oro, plata, bronce, hierro, estaño o plomo 23–en una palabra, todo lo que resista al fuego–, los purificaréis poniéndolos al fuego y lavándolos con el agua de purificación.#31.23 Agua de purificación: Nm 19.9. Las cosas que no resistan al fuego, las purificaréis solo con agua. 24El séptimo día lavaréis vuestra ropa y quedaréis puros. Después podréis entrar en el campamento.
Reparto del botín
25El Señor dijo a Moisés:
26“Con ayuda del sacerdote Eleazar y de los jefes de familia del pueblo, haz la cuenta de la gente y de los animales arrebatados a los madianitas; 27divídelo todo en dos partes iguales, y distribuye una parte entre los que fueron a pelear y la otra entre el resto del pueblo. 28Recoge además una parte para mí: de lo que les toque a los soldados, tanto de la gente como de los bueyes, asnos y ovejas, tomarás uno de cada quinientos 29y se lo darás al sacerdote Eleazar como contribución para mí. 30De la mitad correspondiente al resto de los israelitas, tanto de la gente como de los bueyes, asnos y ovejas, o sea de todos los animales, tomarás uno de cada cincuenta y se lo darás a los levitas encargados del servicio de mi santuario.”
31Moisés y Eleazar hicieron tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. 32Todo lo que se le quitó al enemigo, sin contar lo que los soldados recogieron por su parte, fueron seiscientas setenta y cinco mil ovejas, 33setenta y dos mil bueyes, 34sesenta y un mil asnos 35y treinta y dos mil muchachas vírgenes. 36Por lo tanto, la mitad que les tocó a los soldados fue de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 37de las que se dieron seiscientas setenta y cinco como contribución para el Señor; 38de los treinta y seis mil bueyes, se dieron sesenta y dos como contribución para el Señor; 39de los treinta mil quinientos asnos, se dieron sesenta y uno como contribución para el Señor; 40y de las dieciséis mil muchachas, se dieron treinta y dos como contribución para el Señor. 41Moisés entregó la contribución para el Señor al sacerdote Eleazar, tal como el Señor se lo había ordenado.
42La otra mitad, que era la parte que le tocaba al resto de los israelitas y que Moisés había separado de la parte que les tocó a los soldados, 43fue exactamente la misma, o sea: trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 44treinta y seis mil bueyes, 45treinta mil quinientos asnos 46y dieciséis mil muchachas. 47De esta mitad sacó Moisés uno de cada cincuenta, lo mismo de personas que de animales, y se lo dio a los levitas que servían en el santuario del Señor, tal como el Señor se lo había ordenado.
48Entonces los jefes que habían estado al frente de mil y de cien soldados fueron a ver a Moisés 49y le dijeron: “Nosotros, tus servidores, hemos hecho la cuenta de los soldados que teníamos a nuestro cargo, y no falta ninguno. 50Aquí traemos los objetos de oro que cada uno encontró: brazaletes, pulseras, anillos, aretes y otros adornos,#31.50 Y otros adornos: o pendientes; el hebreo es dudoso. Véase Ex 35.22 n., donde el texto hebreo usa la misma palabra. para ofrecérselos al Señor como rescate por nosotros mismos.”#31.50 Como rescate: tal vez a causa de la impureza ritual causada por el contacto con los muertos.
51Moisés y Eleazar recibieron de ellos todas las joyas de oro. 52El oro que ofrecieron como contribución los jefes al mando de mil y de cien soldados, pesó más de ciento ochenta y cuatro kilos, 53pues cada soldado había traído algo de lo que se le había quitado al enemigo. 54Así pues, Moisés y Eleazar recibieron de los jefes el oro que habían traído, y lo llevaron a la tienda del encuentro para que el Señor se acordara de los israelitas.
Actualmente seleccionado:
:
Destacar
Compartir
Copiar
¿Quieres tener guardados todos tus destacados en todos tus dispositivos? Regístrate o inicia sesión
Sociedad Bíblica de España