SOFONÍAS SOFONÍAS
SOFONÍAS
INTRODUCCIÓN
El primer v. del libro de Sofonías (=Sof) sitúa la actividad de este profeta en tiempos de Josías, rey de Judá (640-609 a.C.). Pero la predicación de Sofonías no solo no alude para nada a la gran reforma religiosa llevada a cabo por aquel rey (2$ R 22.1–23.25), sino que las costumbres y prácticas que él denuncia (Sof 1.4-6) corresponden más bien a una época fuertemente impregnada de paganismo. Por tanto, lo más probable es que Sofonías haya proclamado su mensaje profético antes de la reforma de Josías, quizá entre los años 630 y 625 a.C.
El libro se divide en tres partes. La primera anuncia la catástrofe que se abatirá sobre los seres humanos y la naturaleza a causa de los pecados de Judá (1.2–2.3). En la segunda sección, el profeta declara que el juicio divino alcanzará no solo a Jerusalén y a Judá, sino también a las naciones paganas (2.4–3.8). Por último, la parte final del libro introduce una nota de esperanza, ya que anuncia la futura purificación y liberación del “resto” o “remanente” que haya sobrevivido después de la catástrofe (3.9-20).
El tema central en la predicación de Sofonías es el “día del Señor” (cf. 1.7,10,14), un tema que ya había estado presente en otros profetas, especialmente en Amós (Am 5.18-20). Ese Día es descrito con rasgos sombríos, como un día de ira, de angustia y aflicción (1.15), que pondrá fin a la maldad imperante en la Tierra y sacudirá la indiferencia de los que dicen: ¡El Señor no hará nada, ni bueno ni malo! (1.12). Pero en medio de estas amenazas y anuncios de castigo, se destaca la exhortación que el profeta dirige a los humildes de este mundo. A ellos se les pide que busquen al Señor y actúen con rectitud y humildad, para librarse así de la ira inminente (2.3). Esta exhortación se convierte luego en un anuncio lleno de esperanza, cuando el profeta declara que Dios purificará a su pueblo de los altaneros y orgullosos, para dejar en él a gente humilde y sencilla, que pondrá su confianza en el nombre del Señor (3.11-12).
El cuadro siguiente ofrece una visión de conjunto de este breve escrito profético:
I. Introducción (1.1)
II.Anuncio del día del Señor y exhortación a la humildad y a la justicia (1.2–2.3)
III. Oráculos contra las naciones y contra Jerusalén (2.4–3.8)
IV. Promesas de salvación (3.9-20)
Actualmente seleccionado:
SOFONÍAS SOFONÍAS: DHHE
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SOFONÍAS
INTRODUCCIÓN
El primer v. del libro de Sofonías (=Sof) sitúa la actividad de este profeta en tiempos de Josías, rey de Judá (640-609 a.C.). Pero la predicación de Sofonías no solo no alude para nada a la gran reforma religiosa llevada a cabo por aquel rey (2$ R 22.1–23.25), sino que las costumbres y prácticas que él denuncia (Sof 1.4-6) corresponden más bien a una época fuertemente impregnada de paganismo. Por tanto, lo más probable es que Sofonías haya proclamado su mensaje profético antes de la reforma de Josías, quizá entre los años 630 y 625 a.C.
El libro se divide en tres partes. La primera anuncia la catástrofe que se abatirá sobre los seres humanos y la naturaleza a causa de los pecados de Judá (1.2–2.3). En la segunda sección, el profeta declara que el juicio divino alcanzará no solo a Jerusalén y a Judá, sino también a las naciones paganas (2.4–3.8). Por último, la parte final del libro introduce una nota de esperanza, ya que anuncia la futura purificación y liberación del “resto” o “remanente” que haya sobrevivido después de la catástrofe (3.9-20).
El tema central en la predicación de Sofonías es el “día del Señor” (cf. 1.7,10,14), un tema que ya había estado presente en otros profetas, especialmente en Amós (Am 5.18-20). Ese Día es descrito con rasgos sombríos, como un día de ira, de angustia y aflicción (1.15), que pondrá fin a la maldad imperante en la Tierra y sacudirá la indiferencia de los que dicen: ¡El Señor no hará nada, ni bueno ni malo! (1.12). Pero en medio de estas amenazas y anuncios de castigo, se destaca la exhortación que el profeta dirige a los humildes de este mundo. A ellos se les pide que busquen al Señor y actúen con rectitud y humildad, para librarse así de la ira inminente (2.3). Esta exhortación se convierte luego en un anuncio lleno de esperanza, cuando el profeta declara que Dios purificará a su pueblo de los altaneros y orgullosos, para dejar en él a gente humilde y sencilla, que pondrá su confianza en el nombre del Señor (3.11-12).
El cuadro siguiente ofrece una visión de conjunto de este breve escrito profético:
I. Introducción (1.1)
II.Anuncio del día del Señor y exhortación a la humildad y a la justicia (1.2–2.3)
III. Oráculos contra las naciones y contra Jerusalén (2.4–3.8)
IV. Promesas de salvación (3.9-20)
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