1 CRÓNICAS 14:8-17
1 CRÓNICAS 14:8-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando oyeron los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, subieron todos en busca de David. Lo supo David y salió contra ellos. Los filisteos llegaron y se extendieron por el valle de Refaim. Entonces David consultó a Dios: —¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos? El Señor le respondió: —Sube, porque yo los entregaré en tus manos. Subieron, pues, a Baal-perazim, y allí los derrotó David. Dijo luego David: —Dios abrió una brecha entre mis enemigos por mi mano, como un torrente de agua. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim. Dejaron allí sus dioses, y David dijo que los quemaran. Volvieron los filisteos a extenderse por el valle, y volvió David a consultar a Dios, y Dios le dijo: —No subas tras ellos, sino rodéalos y atácalos por el lado de las moreras. Cuando oigas venir un estruendo por las copas de las moreras, sal a la batalla, porque Dios saldrá delante de ti y herirá el ejército de los filisteos. Hizo, pues, David como Dios le mandó, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer. Y la fama de David se divulgó por todas aquellas tierras; y el Señor puso el temor de David sobre todas las naciones.
1 CRÓNICAS 14:8-17 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando los filisteos oyeron que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos para atacarlo. David se enteró y salió a su encuentro. Los filisteos llegaron e invadieron el valle de Refaín. Entonces David consultó a Dios: —¿Debo atacar a los filisteos? ¿Me los vas a entregar? El Señor le respondió: —Atácalos, que yo los pondré en tus manos. Los filisteos subieron a Baal Faresín y David los derrotó allí. Entonces dijo: —Con mi intervención Dios ha abierto brecha entre mis enemigos, como una vía de agua. Por eso aquel lugar se llama Baal Faresín. Los filisteos abandonaron allí a sus dioses y David los mandó quemar. Los filisteos volvieron a insistir e invadieron el valle. David consultó de nuevo a Dios que le respondió: —No ataques de frente. Primero rodéalos por detrás y luego atácalos por el lado de las moreras. Y cuando oigas rumor de pasos por encima de las moreras, entonces lánzate al ataque, pues en ese momento Dios saldrá delante de ti para derrotar al ejército filisteo. David actuó como Dios le había ordenado y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta la entrada de Guézer. La fama de David corrió por todos los países y el Señor lo hizo temible a todas las naciones.
1 CRÓNICAS 14:8-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando los filisteos supieron que David había sido consagrado rey sobre todo Israel, se lanzaron todos en busca suya; pero David lo supo y les salió al encuentro. Entonces los filisteos avanzaron e hicieron incursiones por el valle de Refaim. Por esto, David consultó al Señor y le preguntó: –¿Puedo atacar a los filisteos? ¿Me darás la victoria sobre ellos? El Señor le respondió: –Atácalos, pues te daré la victoria sobre ellos. David subió a Baal-perasim, y allí los venció. Por eso dijo: “Como un torrente de agua, Dios me ha abierto paso entre mis enemigos.” Y llamaron a aquel lugar Baal-perasim. Además, los filisteos dejaron abandonados sus dioses y David los mandó quemar. Pero los filisteos volvieron a hacer incursiones por el valle de Refaim, así que David consultó de nuevo a Dios, y Dios le contestó: –No los ataques de frente, sino rodéalos y atácalos por la retaguardia cuando llegues a las moreras. Y cuando escuches ruido de pasos por encima de las copas de los árboles, lánzate a la batalla, porque eso significa que yo voy delante de ti para herir de muerte al ejército filisteo. David hizo lo que Dios le había ordenado, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Guézer, por lo cual su fama se extendió por todos los países y el Señor hizo que todas las naciones le tuvieran miedo.
1 CRÓNICAS 14:8-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos ellos contra él. Pero David lo supo y salió a su encuentro. Ya los filisteos habían incursionado en el valle de Refayin. Así que David consultó a Dios: ―¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder? ―Atácalos —le respondió el SEÑOR—, pues yo los entregaré en tus manos. Fueron, pues, a Baal Perasín, y allí David los derrotó. Entonces dijo: «Como brecha producida por las aguas, así Dios ha abierto brechas entre mis enemigos por medio de mí». Por eso a aquel lugar lo llamaron Baal Perasín. Allí los filisteos abandonaron a sus dioses, y estos fueron quemados por orden de David. Los filisteos hicieron una nueva incursión y se desplegaron por el valle. Así que David volvió a consultar a Dios, y él le contestó: ―No los ataques de frente, sino rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo, y entonces atácalos por la retaguardia. Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, atácalos, pues eso quiere decir que Dios va delante de ti para derrotar al ejército filisteo. Así lo hizo David, tal como Dios se lo había ordenado, y derrotaron al ejército filisteo desde Gabaón hasta Guézer. La fama de David se extendió por todas las regiones, y el SEÑOR hizo que todos los pueblos le tuvieran miedo.