1 CRÓNICAS 21:7-15
1 CRÓNICAS 21:7-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
Esto desagradó a Dios, el cual castigó a Israel. Entonces dijo David a Dios: —He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la maldad de tu siervo, pues he actuado muy neciamente. Y dijo el Señor a Gad, vidente de David: —Ve, habla a David: «Así ha dicho el Señor: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una y así haré contigo». Gad fue ante David y le dijo: —Así ha dicho el Señor: «Escoge para ti: tres años de hambre, o tres meses de derrotas ante tus enemigos, con la espada de tus adversarios, o bien tres días durante los cuales la espada del Señor, es decir, la peste recorra la tierra, y el ángel del Señor haga destrucción en todos los términos de Israel». Mira, pues, qué responderé a quien me ha enviado. David respondió a Gad: —Estoy en grande angustia. Prefiero caer en las manos del Señor, porque sus misericordias son muchas en extremo, que caer en manos de los hombres. Entonces el Señor envió una peste sobre Israel, y murieron setenta mil hombres. Envió el Señor el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando ya estaba destruyéndola, miró el Señor y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: —¡Basta ya! ¡Detén tu mano! El ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.
1 CRÓNICAS 21:7-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Lo del censo desagradó a Dios, que castigó a Israel. Entonces David dijo a Dios: —He cometido un grave delito haciendo esto. Ahora, perdona la culpa de tu siervo, pues he sido muy insensato. El Señor dijo a Gad, vidente de David: —Ve a decir a David: «Esto dice el Señor: Te propongo tres cosas; elige una de ellas y yo la llevaré a cabo». Gad fue a decir a David: —Esto dice el Señor: «¿Qué prefieres: Tres años de hambre, tres meses de huida ante los enemigos, perseguido por la espada de tu adversario, o tres días de espada del Señor y peste en el país con el ángel del Señor aniquilando todo el territorio de Israel?». Ahora, decide qué debo responder a quien me ha enviado. David respondió a Gad: —Me pones en un gran aprieto. Pero prefiero caer en manos del Señor, que es muy compasivo, a caer en manos humanas. El Señor envió la peste sobre Israel y cayeron setenta mil israelitas. Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Pero cuando vio cómo la destruía, el Señor se arrepintió del castigo y dijo al ángel exterminador: —¡Basta ya! ¡Retira tu mano! El ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.
1 CRÓNICAS 21:7-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
A Dios le pareció mal todo esto y mandó un castigo a Israel. Entonces David confesó a Dios: –He cometido un grave pecado al hacer esto. Pero te ruego que perdones ahora el pecado de este siervo tuyo, pues me he portado como un necio. Entonces el Señor dijo a Gad, vidente al servicio de David: “Ve a ver a David y dile de mi parte que le propongo tres cosas, y que escoja la que él quiera que yo haga.” Gad fue a ver a David y le dijo: –Esto dice el Señor: Escoge entre tres años de hambre, tres meses de derrota perseguido por la espada de tus enemigos, o tres días de peste en el país bajo la espada del Señor, con el ángel del Señor causando estragos en todo el territorio de Israel. Decide ahora lo que he de responder al que me ha enviado. David contestó a Gad: –Estoy en un grave aprieto. Pero mejor me es caer en manos del Señor, pues su bondad es muy grande, que en manos de los hombres. Entonces mandó el Señor una peste sobre Israel, y cayeron muertos setenta mil israelitas. Y envió Dios un ángel para destruir Jerusalén. Pero al ver el Señor cómo la destruía, le pesó el daño y ordenó al ángel que estaba hiriendo: “¡Basta ya, no sigas!” En aquel momento, el ángel del Señor se hallaba junto a la era de Ornán el jebuseo.
1 CRÓNICAS 21:7-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dios también la consideró como algo malo, por lo cual castigó a Israel. Entonces David le dijo a Dios: «He cometido un pecado muy grande al hacer este censo. He actuado como un necio. Yo te ruego que perdones la maldad de tu siervo». El SEÑOR le dijo a Gad, el vidente de David: «Anda y dile a David que así dice el SEÑOR: “Te doy a escoger entre estos tres castigos: dime cuál de ellos quieres que te imponga”». Gad fue adonde estaba David y le dijo: ―Así dice el SEÑOR: “Elige una de estas tres cosas: tres años de hambre, o tres meses de persecución y derrota por la espada de tus enemigos, o tres días en los cuales el SEÑOR castigará con peste el país y su ángel causará estragos en todos los rincones de Israel”. Piénsalo bien y dime qué debo responderle al que me ha enviado. ―¡Estoy entre la espada y la pared! —respondió David—. Pero es mejor que yo caiga en las manos del SEÑOR, porque su amor es muy grande, y no que caiga en las manos de los hombres. Por lo tanto, el SEÑOR mandó contra Israel una peste, y murieron setenta mil israelitas. Luego envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Y al ver el SEÑOR que el ángel la destruía, se arrepintió del castigo y le dijo al ángel destructor: «¡Basta! ¡Detén tu mano!» En ese momento, el ángel del SEÑOR se hallaba junto a la parcela de Ornán el jebuseo.