Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

1 CRÓNICAS 22:1-19

1 CRÓNICAS 22:1-19 Reina Valera 2020 (RV2020)

Y dijo David: —Aquí estará la casa de Dios el Señor, y aquí el altar del holocausto para Israel. Después mandó David que se reuniera a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y señaló de entre ellos canteros que labraran piedras para edificar la casa de Dios. Asimismo, preparó David mucho hierro para los clavos de las puertas y para las junturas; y también una incalculable cantidad de bronce, y madera de cedro sin cuenta, pues los sidonios y tirios habían traído a David abundante madera de cedro. David se decía: —Salomón, mi hijo, es muchacho y de tierna edad, y la Casa que se ha de edificar al Señor ha de ser magnífica por su excelencia, para renombre y honra suya en todas las tierras; ahora, pues, yo haré los preparativos necesarios. E hizo David grandes preparativos antes de su muerte. Llamó entonces David a Salomón, su hijo, y le mandó que edificara Casa al Señor, Dios de Israel. Y dijo David a Salomón: —Hijo mío, en mi corazón tuve el propósito de edificar un templo dedicado al nombre del Señor, mi Dios. Pero recibí palabra del Señor, que decía: «Tú has derramado mucha sangre y has hecho grandes guerras; no edificarás Casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. Mira que te nacerá un hijo, el cual será hombre de paz, pues yo le haré estar en paz con todos los enemigos que lo rodean; por tanto, su nombre será Salomón, y en sus días concederé paz y reposo a Israel. Él edificará una Casa a mi nombre; será para mí un hijo, y yo seré para él un padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre». Ahora pues, hijo mío, el Señor esté contigo, y seas prosperado, para que edifiques la Casa al Señor tu Dios, como él ha dicho de ti. Que el Señor te dé entendimiento y prudencia, para que, cuando gobiernes a Israel, guardes la ley del Señor, tu Dios. Entonces serás prosperado, si cuidas de poner por obra los estatutos y decretos que el Señor mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes. Mira, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa del Señor tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata, y una cantidad tan abundante de bronce y hierro que resulta incalculable. Asimismo, he preparado madera y piedra, lo cual tú podrás aumentar. Tienes contigo muchos obreros, canteros, albañiles, carpinteros, hombres expertos en toda clase de obra. Hay una gran cantidad de oro, de la plata, de bronce y de hierro, hay en abundancia. Levántate y manos a la obra; que el Señor esté contigo. Asimismo, mandó David a todos los principales de Israel que ayudaran a Salomón, su hijo, y dijo: —¿No está con vosotros el Señor, vuestro Dios, el cual os ha dado paz por todas partes? Porque él ha entregado en mis manos a los habitantes de la tierra, y la tierra ha sido sometida delante del Señor y delante de su pueblo. Aplicad, pues, ahora vuestros corazones y vuestras almas a buscar al Señor, vuestro Dios. Levantaos y edificad el santuario de Dios el Señor, para traer el arca del pacto del Señor, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre del Señor.

1 CRÓNICAS 22:1-19 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Entonces dijo David: «Aquí se levantará el templo de Dios el SEÑOR, y también el altar donde Israel ofrecerá el holocausto». Luego David ordenó que se reuniera a los extranjeros que vivían en territorio israelita. De entre ellos nombró canteros que labraran piedras para la construcción del templo de Dios. Además, David juntó mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas, y bronce en abundancia. También amontonó mucha madera de cedro, pues los habitantes de Sidón y de Tiro le habían traído madera de cedro en abundancia. «Mi hijo Salomón —pensaba David— es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el SEÑOR debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso se lo dejaré todo listo». Así que, antes de morir, David lo dejó todo listo. Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el SEÑOR, Dios de Israel. David le dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar al SEÑOR mi Dios. Pero el SEÑOR me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien me construya un templo. Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; yo haré que los países vecinos que sean sus enemigos lo dejen en paz; por eso se llamará Salomón. Durante su reinado, yo le daré a Israel paz y tranquilidad. Él será quien me construya un templo. Él será para mí como un hijo, y yo seré para él como un padre. Yo afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel”. »Ahora, hijo mío, que el SEÑOR tu Dios te ayude a construir su templo, tal como te ha prometido. Que te dé prudencia y sabiduría para que, cuando estés al frente de Israel, obedezcas su ley. Él es el SEÑOR tu Dios. Si cumples las leyes y normas que el SEÑOR le entregó a Israel por medio de Moisés, entonces te irá bien. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! »Mira, con mucho esfuerzo he logrado conseguir para el templo del SEÑOR tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata y una incontable cantidad de bronce y de hierro. Además, he conseguido madera y piedra, pero tú debes adquirir más. También cuentas con una buena cantidad de obreros: canteros, albañiles, carpinteros, y expertos en toda clase de trabajos en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡pon manos a la obra, y que el SEÑOR te acompañe!» Después David les ordenó a todos los jefes de Israel que colaboraran con su hijo Salomón. Les dijo: «El SEÑOR vuestro Dios está con vosotros, y os ha dado paz en todo lugar. Él ha entregado en mi poder a los habitantes de la región, y estos han quedado sometidos al SEÑOR y a su pueblo. Ahora, pues, buscad al SEÑOR vuestro Dios de todo corazón y con toda el alma. Comenzad la construcción del santuario de Dios el SEÑOR, para que trasladéis el arca del pacto y los utensilios sagrados al templo que se construirá en su honor».

1 CRÓNICAS 22:1-19 La Palabra (versión española) (BLP)

Y David dijo: —Este será el Templo del Señor Dios y este el altar de los holocaustos de Israel. David mandó reunir a los extranjeros residentes en territorio israelita y los utilizó como canteros para labrar piedras con las que edificar el Templo de Dios. Preparó también hierro en abundancia para los clavos de las hojas de las puertas y para los empalmes, una cantidad incalculable de bronce, e incontable madera de cedro que sidonios y tirios traían a David en gran cantidad. Pues David pensaba: —Mi hijo Salomón es todavía joven e inexperto; por otra parte, el Templo que hay que edificarle al Señor ha de ser magnífico, famoso y admirable en todos los países. Voy a hacerle, pues, los preparativos. Así que David hizo grandes preparativos antes de su muerte y luego llamó a su hijo Salomón y le encargó edificar un Templo al Señor Dios de Israel. David dijo a Salomón: —Hijo mío, yo tenía proyectado edificar un Templo en honor del Señor mi Dios. Pero el Señor me comunicó lo siguiente: «Tú has derramado mucha sangre y has librado grandes batallas. No podrás, pues, edificar un Templo en mi honor, porque has derramado mucha sangre ante mí. Pero te nacerá un hijo que será un hombre apacible y yo le daré tranquilidad con todos sus enemigos circundantes. Se llamará Salomón, y en sus años concederé paz y descanso a Israel. Él edificará un Templo en mi honor. Él será mi hijo y yo seré su padre, y consolidaré para siempre su reinado sobre Israel». Ahora, hijo mío, que el Señor te acompañe para que aciertes a edificar el Templo del Señor tu Dios, tal y como te lo ha predicho. Solo precisas que Dios te conceda sensatez e inteligencia para que, cuando él te encargue gobernar a Israel, guardes la ley del Señor tu Dios. Tendrás éxito si procuras practicar los mandatos y normas que el Señor prescribió a Israel por medio de Moisés. ¡Ten ánimo y valor! ¡No temas ni te acobardes! Mira, con qué sacrificio yo he preparado para el Templo del Señor cien mil talentos de oro, un millón de talentos de plata y una cantidad tan abundante de bronce y hierro que resulta incalculable. He preparado además madera y piedra que tú podrás aumentar. También tienes a tu disposición un gran número de obreros, albañiles, maestros carpinteros y canteros, y a especialistas en cualquier tipo de trabajo. El oro, la plata, el bronce y el hierro son incalculables. Así que, manos a la obra y que el Señor te acompañe. David ordenó a todos los dignatarios de Israel que ayudasen a su hijo Salomón: —El Señor vuestro Dios está con vosotros y ha pacificado vuestras fronteras, pues ha entregado en mi poder a los habitantes del país, ahora sometido al Señor y a su pueblo. Disponeos, pues, a servir al Señor vuestro Dios con todo vuestro ser y empezad a construir su santuario, para poder llevar el Arca del Señor y los objetos sagrados al Templo construido en honor del Señor.

1 CRÓNICAS 22:1-19 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Por eso dijo David: “Aquí estarán el templo de Dios, el Señor, y el altar del holocausto para Israel.” Después David mandó que se reunieran los extranjeros que vivían en Israel, y nombró canteros que labraran la piedra para la construcción del templo de Dios. Además preparó hierro en abundancia para los clavos de las puertas y para las grapas; también una inmensa cantidad de bronce, y madera de cedro en cantidad incalculable, porque los habitantes de Sidón y de Tiro le habían traído mucha madera de cedro. David pensaba: “Mi hijo Salomón es todavía un muchacho de tierna edad, y el templo que hay que construir para el Señor tiene que ser el más grande, famoso y bello de todo el mundo; así que se lo dejaré todo preparado.” Por eso, David hizo grandes preparativos antes de morir. Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó que construyera el templo del Señor, Dios de Israel, diciéndole: “Hijo mío, yo tenía el propósito de construir un templo para el Señor mi Dios. Pero el Señor me ha dicho: ‘He visto que tú has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras; por eso no eres tú quien va a construirme un templo. Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico. Además yo haré que sus enemigos de alrededor le dejen en paz. Por eso se llamará Salomón. En su tiempo concederé paz y tranquilidad a Israel. Él me construirá un templo. Él será un hijo para mí y yo seré un padre para él, y afirmaré su reino en Israel para siempre.’ Ahora, hijo mío, que el Señor esté contigo para que logres construir el templo del Señor tu Dios conforme a lo que ha prometido que tú harías. Que el Señor te dé inteligencia y sabiduría, para que cuando él te encargue el gobierno de Israel, cumplas la ley del Señor tu Dios. Todo te saldrá bien, si procuras cumplir las leyes y disposiciones que el Señor ordenó a Moisés para Israel. ¡Ten valor y firmeza; no te desanimes ni tengas miedo! Mira, con muchos esfuerzos he podido yo preparar para el templo del Señor tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata y una cantidad tan grande de bronce y hierro que no se puede pesar. También he preparado madera y piedra, a la que tú debes añadir más. Además tienes a tu disposición muchos obreros, canteros, albañiles y carpinteros, e innumerables especialistas de todo tipo y clase de trabajos en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡manos a la obra y que el Señor te ayude!” Luego, David ordenó a todos los jefes de Israel que ayudaran a su hijo Salomón, diciéndoles: “El Señor vuestro Dios ha estado con vosotros y os ha dado paz por todas partes, pues él ha puesto bajo mi poder a todos los habitantes del país, y este ha quedado sometido al Señor y a su pueblo. Por tanto, haceos ahora el firme propósito de buscar al Señor vuestro Dios. Así que disponeos a construir el santuario de Dios, el Señor, para trasladar el arca del pacto del Señor y los utensilios sagrados de Dios al templo que se va a construir para el Señor.”