1 CORINTIOS 12:4-12
1 CORINTIOS 12:4-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios, el que hace todo en todos. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para que sea útil. A uno, el Espíritu le da palabra de sabiduría, mientras que a otro, el mismo Espíritu le da palabra de conocimiento; a otro, el mismo Espíritu le da fe, y a otro, el mismo Espíritu le da dones de sanidades. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular como él quiere. Porque del mismo modo que el cuerpo es una unidad, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, forman un solo cuerpo, así también Cristo es uno solo.
1 CORINTIOS 12:4-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de funciones, pero uno mismo es el Señor. Son distintas las actividades, pero el Dios que lo activa todo en todos es siempre el mismo. La manifestación del Espíritu en cada uno se ordena al bien de todos. Así, a uno lo capacita el Espíritu para hablar con sabiduría, mientras a otro el mismo Espíritu le concede expresarse con un profundo conocimiento de las cosas. El mismo y único Espíritu que otorga a uno el don de la fe, concede a otro el poder de curar enfermedades, o el de hacer milagros, o el de profetizar, o el de distinguir entre espíritus falsos y el Espíritu verdadero, o el de hablar en un lenguaje misterioso, o el de interpretar ese lenguaje. Todo lo realiza el mismo y único Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como él quiere. Sabido es que el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, y que los diversos miembros, por muchos que sean, constituyen un solo cuerpo. Lo mismo sucede con Cristo.
1 CORINTIOS 12:4-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Los dones que recibimos son diversos, pero el que los concede es un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero todas lo son por encargo de un mismo Señor. Y hay diversos poderes para actuar, pero es un mismo Dios el que lo realiza todo en todos. Dios da a cada uno alguna prueba de la presencia del Espíritu, para provecho de todos. Por medio del Espíritu, a unos les concede que hablen con sabiduría, y a otros, por el mismo Espíritu, les concede que hablen con profundidad de conocimiento. Unos reciben fe por medio del mismo Espíritu y otros reciben el don de sanar enfermos. Unos reciben poder para hacer milagros y otros tienen el don de profecía. A unos, Dios les da la capacidad de distinguir entre los espíritus falsos y el Espíritu verdadero, y a otros les da la capacidad de hablar en lenguas; y todavía a otros les da la de interpretar lo que en esas lenguas se haya dicho. Pero todas estas cosas las hace el mismo y único Espíritu, dando a cada cual lo que a él mejor le parece. El cuerpo humano, aunque está formado por muchas partes, es un solo cuerpo. Así también Cristo.
1 CORINTIOS 12:4-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina. De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros, y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo.