1 CORINTIOS 3:5-9
1 CORINTIOS 3:5-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Pues, ¿qué son Apolo y Pablo? Simples servidores que os condujeron a la fe, valiéndose cada cual del don que Dios le concedió. Yo planté y Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer. Así que ni el que planta ni el que riega cuentan para nada; Dios, que hace crecer, es el que cuenta. Y entre el oficio de plantar o el de regar no hay diferencia, si bien cada uno recibirá el salario en proporción a su trabajo. Nosotros somos colaboradores de Dios; vosotros sois el campo que Dios cultiva, la casa que Dios edifica.
1 CORINTIOS 3:5-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Porque ¿qué es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de quienes habéis creído; y eso según lo que a cada uno le dio el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois el campo que Dios cultiva, sois el edificio de Dios.
1 CORINTIOS 3:5-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
A fin de cuentas, ¿quién es Pablo, o quién es Apolos? Simples servidores, por medio de los cuales habéis creído en el Señor. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor le había encomendado: yo planté y Apolos regó, pero es Dios quien hizo crecer a la planta. De manera que ni el que planta ni el que riega son nada, sino que Dios lo es todo, pues Dios es quien hace que la planta crezca. Los que plantan y los que riegan son iguales, aunque Dios pagará a cada cual de acuerdo con su trabajo. Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios, y vosotros sois el campo que Dios trabaja, el edificio que Dios construye.
1 CORINTIOS 3:5-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de todo, ¿qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Nada más que servidores por medio de los cuales vosotros llegasteis a creer, según lo que el Señor le asignó a cada uno. Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer. El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo. En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y vosotros sois el campo de cultivo de Dios, sois el edificio de Dios.